* Lo del título de el #Postdeljueves te lo cuento al final
Es un clásico, lo usamos demasiado, está demasiado metido en nuestros cerebros. Alguien quiere mejorar su organización, su equipo, y escucha, lee, ve un vídeo del caso de éxito de no sé quién, algo sobre una organización a la que le va bien, la toma como modelo, etc., y en aquella historia de éxito escucha palabras, nombres de metodologías, nombres que son fáciles de recordar, llamativos, Scrum, SAFe, XP, etc. Y la asociación mental está hecha… la solución a mis problemas pasa por usar lo mismo que aquel, el Scrum, el SAFe, algo del PMI o la palabra que sea.
Pero si te metes de verdad a ver a aquellos que sí han dado un salto, han cambiado, han mejorado, son líderes, son buenos… hay algo más difícil de explicar, que no se cuenta tan fácil en un vídeo de YouTube y que es tremendamente más difícil de implantar, copiar o replicar: la cultura.
Como hace unos años hablamos, en la cultura organizativa, es aquello que nadie te explica pero que marcará tu devenir profesional y, en cierto modo, en Escalar agilidad: Liderazgo tribal (1/3). ¿Qué cultura tiene la tribu en la que trabajas?
La cultura es algo relativamente fácil de sentir en un sitio, difícil de explicar y más aún de cambiar. Pero por centrarlo de alguna forma, es aquello que hace que los mejores quieran venir a trabajar a nuestra organización, en vez de huir, es aquello que hace que la gente tenga pasión por su trabajo, y le heche miles de horas sin que tenga que haber un jefe de vigilante, sin que nadie se lo diga, es aquello que hace que exista una cultura de aprendizaje, aquello que hace que exista una responsabilidad compartida, que la gente mire con envidia el nombre de nuestra organización en un evento, etc. La cultura organizativa no se ve, pero se siente. Eso, es eso, ya me entiendes, creo.
Por mucho que hagamos un curso en la metodología x, del framework y, nos la aprendamos de memoria, hagamos uso de su terminología, logremos no sé cuántos certificados, etc., como la cultura no la apoye… la metodología saldrá expulsada al poco tiempo.
Si quieres cambiar la cultura, dedícale tiempo y paciencia, y sé consciente de que, aunque sea triste decirlo, hay culturas que ya no se pueden cambiar. O que nadie está dispuesto a pagar el precio que el cambio supone, el esfuerzo que requiere.
La cultura la originan los primeros “pobladores” de una empresa, son de un tipo, tienen una cultura, una formación, ven las cosas de una manera, desprecian a la tecnología o la aman, etc., y van seleccionando para la empresa personas que tienen su misma visión, y van expulsando a los que no la comparten.
Por ello, aunque quieras ser ágil, o lo que quieras ser, o sólo quieras ser más competitivo, o más productivo, está muy bien que fijes el objetivo de trabajar siguiendo las buenas prácticas de tal modelo de referencia, pero con la misma fuerza, bueno… con más fuerza, ves planificando cómo vas a cambiar la cultura y como vas a involucrar a todo el mundo. Y piensa en ello todos y cada uno de los días, en cada una de las acciones que tomes, hasta cuando decores una pared.
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Uf, pasa el tiempo, en 2013, casi 3 años hace, intenté fijar un día a la semana para regularizar en ese día un post de carácter más “social profesional – realista – doloroso – venga espabila – esto no puede ser – polémico – opinión” (como ves no tengo claro el nombre pro si el contenido). En 2013 les llamé Lo que le contaría a Dijkstra, pero no fui constante en regularizar los jueves, pero… voy a volver a intentarlo y mientras me invento un nombre será… el #Postdeljueves. Nombre hashtag para luego buscarlos fácil en Twitter.
Primera vez que me tocó hacer una gestión Ágil en una empresa... año 2001. Desde entonces he trabajado en, o para, más de 90. Y he formado a más de 2000 alumnos.
También soy profe de la Universidad Rey Juan Carlos.
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Una continuación a este post podría ser: «Como cambiar la cultura de tu empresa aunque no seas el jefe».
Yo llevo mucho intentándolo y ya me canso de predicar en el desierto. Al final me resigno a que esto no va a cambiar cuando escucho «fue siempre así».