Sobre decidir por consenso, unanimidad y los gradientes para llegar a acuerdos

En agilidad, muchas de las decisiones se toman por «consenso». Un clásico, el que seguramente te habrá venido a la mente, es cuando se hacen estimaciones, en base a puntos historia, por medio de la técnica del Planning Poker, que está basada en el consenso (si necesitas más información sobre estimación ágil, mírate la guía de estimación ágil que escribimos hace tiempo).
Este, el del Planning Poker, es el caso más popular de uso del consenso, pero no tiene que ser el único, no es obligatorio, obviamente, pero el consenso suele usarse para tomar muchas otras decisiones, en retrospectivas, etc.
Aun siendo la palabra consenso bastante popular en equipos ágiles lo que yo me encuentro es bastante desconocimiento sobre ella, qué significa realmente y cómo «tratar» con el consenso. Así que… ahí va, otro post que espero que te ayude con el consenso…

Unanimidad vs consenso

Para empezar conviene no confundir los términos, unanimidad no es lo mismo que consenso.
Para que haya unanimidad… todas las personas del grupo deben estar de acuerdo. Esto implica que cualquiera puede vetar la decisión (está es la clave de la unanimidad), cualquiera que entienda que sus intereses no están representados… puede mantener abierta la discusión tanto tiempo como sea necesario. Así que, si nos comprometemos a tomar a cuerdos por unanimidad también nos comprometemos a que las discusiones se puedan alargar, hasta que todos estemos de acuerdo.
El consenso es diferente, el consenso es el proceso para llegar a una decisión de grupo, un proceso que debe concluir con que la decisión final «nos representa». La unanimidad puede ser una manera de llegar al consenso, pero puede haber otras, por ejemplo, «unanimidad del 90%».

El problema de llegar al consenso por unanimidad

El principal, el típico, es que transcurra el tiempo y no haya unanimidad, entonces se llega a una situación de bloqueo, pasa el tiempo y a alguien le toca cerrar la reunión, típicamente, esa persona tomará la propuesta mayoritaria… y ya no habrá una decisión por unanimidad. Eso no mola mucho, porque la gente se siente engañada, es como haber cambiado las reglas en mitad de la partida, hemos empezado «siendo muy guays» y hemos terminado como siempre, que decide el jefe.

El problema de las votaciones

Otra manera de llegar al consenso, y modificar el cuerdo por unanimidad, es mediante la votación. Típicamente, votos a favor, votos en contra, y un acuerdo para tomar una decisión, por ejemplo, mayoría, tres cuartas partes del grupo votan «sí», o lo que se acuerde. Esto rompe la idea de la unanimidad pura, pero suele recortar los tiempos para tomar una decisión de grupo, como vimos en el anterior punto.
El problema de usar sólo «si» o «no», en una votación, frente a una decisión, es ese… que sólo hay dos opciones. Sólo bajo el «sí», puede haber un «sí totalmente», un «bueno sí, sino hay más remedio», etc. Y lo mismo pasa con el «no» en términos absolutos.

Gradientes para escalar acuerdos

Para resolver lo anterior, o para darte ideas, o para enriquecer tus «herramientas» en eventos ágiles (y no ágiles), etc., te voy a contar una técnica que he empezado a usar hace poco, se llama algo así (translated by jgarzas) como «los gradientes para llegar a acuerdos». La técnica es del 87, de unos tal Sam Kaner y Duane Berger y puedes leer sobre ella (y sobre lo que te contaba de la unanimidad y el consenso) en el libro Facilitator’s Guide to Participatory Decision-Making.
La idea de los gradientes es romper el flexibilizar los consensos por unanimidad y no caer en el uso de votaciones sólo con «sí» y «no». Y lo que plantea es que, frente a una propuesta, podamos elegir entre los siguientes:

1 Lo apoyo de corazón, frase típica… «¡Me gusta mucho!»

2 Lo apoyo con alguna observación, «No es perfecto, pero es lo suficientemente bueno».

3 Lo apoyo con reservas, «Puedo vivir con ello».

4 Me abstengo, «No me afecta».

5 Necesitamos discutirlo más, «Todavía no lo entiendo».

6 No me gusta, pero lo apoyaré, «No es genial, pero no quiero que el grupo esté más tiempo discutiendo».

7 En total desacuerdo, «No estoy de acuerdo con esto, no cuentes conmigo»

8 Veto: «Bloqueo la propuesta».

Esta es la propuesta original, si bien muchas veces se quitan opciones, para poder llegar a una decisión más rápido.
Una manera de usarlos es pintar la escala de números en un sitio visible y, frente a una propuesta, contar cuantas personas están en cada número. También puedes establecer reglas del tipo, «aceptamos la propuesta sino hay más de n votos en los gradientes 7 y 8». También puedes hacer rondas, una primera ronda, sacar como queda el gradiente, exponer nuevas ideas y volver a hacer otra ronda.
Yo voy aprendiendo más cosas sobre el uso de la anterior técnica, si la usas, o has usado, estaré encantado de que me cuentes y me des ideas…

6 comentarios en “Sobre decidir por consenso, unanimidad y los gradientes para llegar a acuerdos”

  1. Esta técnica es usada en art of hosting o sociocracia cuando existe una tensión y se debe tomar una decisión, busca el consenso sobre el acuerdo, y si bien se puede determinar por mayoría, finalmente quien tiene una oposición se le invita a tener una argumentación clara o una posición clara para ser expuesta al grupo(equipo).
    Cuando es un equipo pequeño(10-15 personas) lo que hago para usar los gradientes y enriquecer la conversación:
    1. Se habla del tema o decisión a tomar
    2. Cada persona elige un número del gradiente
    3. Nos hacemos en pareja para conocer las posiciones y en la medida de lo posible conseguir un consenso
    4. Luego compartimos en parejas el resultado
    5. Vemos el gradiente que más votaciones tuvo, y basado en eso se revisa, si hablar mas , si pasar al siguiente tema o decisión.
    Saludos

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