Saliendo un poco de la mala vida

Demasiados días con noches de sueño demasiado cortas, demasiadas horas encorvando la espalda frente a un teclado, demasiados días comiendo mal, o no comiendo, demasiados viajes, demasiadas horas conduciendo, demasiado estrés, demasiadas horas de nervios preparando esa charla. Son como gotas que parecen insignificantes pero al final llenan el vaso y cuando menos cuenta te das… el vaso rebosa.

Hace exactamente un año y un mes tomé la decisión de que mi objetivo anual (todos los años me pongo un gran objetivo para el año) tenía que ser reducir en lo posible la mala vida. Era en ese momento o quizá ya no habría marcha atrás, punto de no retorno. Y como ha pasado más de un año desde aquello ahora te lo puedo contar, porque una actividad mantenida durante más de 12 meses ya se puede considerar que ha dejado de ser «novedad» (el peligro del “efecto novedad” cuando se quiere hacer un cambio) y ha pasado a ser «rutina».

Se que algunos no lo vais a creer, que os conozco, y que pensareis que este es un post «fake», y que no me imagináis con un pantalón corto y unas zapatillas de deporte, pero sí, es cierto… hace un año y un mes empecé a hacer deporte ya un poco en serio y de manera rutinaria. Y encontré una actividad deportiva que me enganchó, y a la que pude hacer un hueco en la complicada agenda, que era la parte difícil.

Odio correr, no me gusta nada, de nunca, a los 5 min de ponerme a correr ya estoy pensando en mis cosas y deseando terminar, me aburre. Me encanta la bici, pero lleva mucho tiempo. Las pesas no me llaman. En las actividades tipo Zumba o aerobic… es que ni me veo.

Pero encontré algo que me enganchó y que de verdad me hace desconectar y no pensar en el trabajo… el Crossfit. Y ya llevo 13 meses, lo he convertido en rutina (ha costado meterlo en la agenda) y estoy encantado.

Hasta que no empecé no era consciente de las cosas que ya mi cuerpo no podía hacer. De las «retracción escapular» que había acumulado con los años. De como cosas que hacíamos de niños ahora eran impensables.

Me junté con un grupo de gente que se dedican a ello, al deporte, con otras personas que no saben nada de informática, cero, y mola mucho salir un poco de hablar siempre de lo mismo, y aprender un montón de palabras raras y otra jerga y cosas con nombres tan chulos, todos en inglés, como hacer «Man Maker», «Bitch Work», «Farmer Walk», «Back Squat», «Burpees», «WOD» o «HSPU».

No ha sido fácil y aún soy un «beginner» en esto y es una actividad muy muy técnica, que no te recomiendo hacer sin que alguien que de verdad sepa te enseñe bien. Pero al final, como en todo lo que he tenido éxito en mi vida… la constancia es la clave. Incluso hasta en la mitad de este periodo tuve que superar una hernia discal (L1 S5). No le echo la culpa al deporte, creo que ya estaba ahí y el deporte vino a advertirme de ello. El médico me dijo que dejara el Crossfit… y no le hice caso, no iba a parar ahora. Y superé la hernia, ya es historia, tema resuelto, y ya he vuelto hasta a hacer el pino.

Espero, contándote esta historia, animar a algun@ de vosotr@s a que os propongáis, de una manera u otra… salir un poco de la mala vida.

4 comentarios en “Saliendo un poco de la mala vida”

  1. Hace un par de años me pasó lo mismo. Y al final o cambiamos nosotros o nos arrastramos a esa vida. Yo tb opte por el deporte, running y yoga en mi caso, y ahora lo veo todo con otra perspectiva. Así que muy de acuerdo en lo que dices!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Share This
Ir arriba