La pirámide de Maslow aplicada a los equipos

Supongo que lo de la pirámide de Maslow todo el mundo lo conoce, ya está muy visto el tema, no obstante, por si acaso, te lo resumo – sintetizo brevemente. Esto va de una teoría de la psicología, de allá por los años 40, escrita por un tal, cómo no, Maslow.

El caso es que este buen hombre argumentó que hay una jerarquía de necesidades humanas, que pintó en forma de pirámide, en la que para llegar a un grupo de deseos hay que tener satisfecho el grupo de deseos del nivel anterior. En la base de la pirámide estaban las necesidades más básicas, del tipo a respirar, comer, sexo, etc. Cuando dicha base de necesidades está cubierta, las personas suben a tener necesidades del siguiente nivel, el superior, estando en el siguiente nivel cosas como la seguridad física, la familia, la propiedad, etc. De nuevo, superado ese nivel, viene el siguiente, que tiene cosas como la amistad. Y el siguiente cosas como éxito o confianza. Y el último tiene deseos de tipo moral, creativos, etc.
Bueno, así muy resumido, para más detalle habrá millones de páginas en la Web hablando del tema, pero para lo que nos interesa aquí esto quiere decir que que para tener deseos, por ejemplo, sobre el desarrollo de tu creatividad, evolución moral, razonamientos psicológicos, etc., antes, por supuesto, no tienes que estar pensando en cómo conseguir comida para hoy, o cómo superar una noche de frío a la intemperie… se entiende ¿no?
Ahora viene mi teoría, que eso de teoría es llamarlo mucho, más bien es extrapolación lógica de todo esto a los equipos basado en difíciles experiencias personales, pero vamos que no es que me haya dejado muchas neuronas pensándolo, que es bastante obvio.
A lo que iba, el caso es que los equipos les pasa algo similar, al igual que tu no vas a plantearte tu evolución profesional o desarrollo de valores si lo que te pasa es que no tienes nada para comer, que es necesidad básica, y que es a lo que te vas a entregar en cuerpo y alma, los equipos no se van a poner a hacer profundas retrospectivas, concienzudas reuniones de planificación de Sprint, reflexiones de cómo mejorar los métodos de estimación, consideraciones sobre si el valor o los puntos historia, si en lo que realmente están pensando es en sobrevivir. El deseo de supervivencia es superior a todo lo demás.
Y en este contexto lo de sobrevivir es superar un conjunto de marrones, una carga fuerte de trabajo, una entrega que hay que hacer sí o sí. Bajo deseos, o necesidades, como las anteriores, el cerebro de grupo se centra en “sobrevivir” y olvida todo lo demás.
Esto que es una obviedad lo he visto cientos de veces en equipos y a nosotros, a los 233, nos ha pasado, sí, no me gusta pero nos ha pasado. Nos ha pasado, por ejemplo, cuando el destino, la época, Crom, del Dios de Conan, o lo que sea nos ha agraciado (y no es cosa de quejarse) con una alta carga de trabajo, deseo, o instinto básico, que hace que prácticas como las reuniones periódicas de grupo, retrospectivas, Niko Nikos, Kudos, etc., se resientan, unas más que otras. El objetivo es sobrevivir a esa entrega, a ese trabajo, a ese compromiso externo que supera al interno.
Y esto es así, y así será siempre, siempre pasará alguna vez, pero hay que controlarlo mucho y bien. Porque si como equipo te pasas demasiado tiempo “buscando comida”, cazando para sobrevivir, acabas olvidando tu condición humana, acabas resintiendo el espíritu de equipo, nos embrutecemos al equipo, nos asilvestramos (que diría un amigo) como grupo…  y eso no es bueno, contrólalo, que más vale equipo sano mentalmente, con valores, con deseos intelectuales para evolucionar que un equipo que, a lo Walking Dead, sólo piensa en cómo sobrevivir una semana más.

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