Caso Comunio: retratando tristes y típicos comportamientos del mundo de la tecnología (nacional)

Quizá Comunio no te dice nada, quizá te dice mucho, y si te dice algo la palabra, últimamente, serán  malos pensamientos. Por si no te suena de nada, como me pasaba a mí hasta principio de este año 2015, Comunio es un juego de fútbol (ojo, desarrollado en Alemania), pero no el típico de en el que juegas un partido contra otro, sino que aquí actúas como “entrenador”.
Para los de mi quinta, vendría a ser un PC fútbol en la opción entrenador. Si no te suena ni el PC fútbol, te resumo que en Comunio tú haces de entrenador, fichas, bajo un presupuesto asignado, jugadores reales de la liga, conformas un equipo, al final del partido real de la Liga los jugadores son puntuados por un periódico deportivo, esos puntos son asignados a los jugadores que tengas en tu plantilla de Comunio y en función de tus puntos vas quedando en mejor o peor posición entre tu grupo de amiguetes. Puedes jugar gratis (opción que usa la mayoría) o pagar una cuenta “plus” que te da ventajas añadidas, como ver, sin salir de la aplicación, si un jugador está lesionado, etc. Eso es Comunio, así, muy resumidamente.
Yo empecé a jugar por un grupo de amigos que me metieron (o liaron) en ello a principios de este año, me traía, y trae, buenos, y viejos, recuerdos de la época PC Fútbol. Ha sido el único juego de móvil con el que me he “picado”, entre otras cosas porque sólo requiere 3 o 4 mín de dedicación cada dos o tres días. Pasados esos 3 o 4 mín. no hay más que hacer, así que poco tiempo te quita.
Bueno, pues la aplicación en cuestión se estima, si bien no hay datos oficiales, que tiene unos 800.000 usuarios y su web se está entre las 150 páginas más visitadas en España. Y, además de todo ello, es también muy popular por la frecuencia con la que se cae o la frecuencia con la que temporalmente no deja entrar a los usuarios… ¿quizá adrede?

Una web que, curiosamente, se cae (o que no que deja entrar) con demasiada frecuencia y de manera selectiva

Como ves, la aplicación es bastante popular, pero no sólo por las obvias razones anteriormente descritas, sino porque también, periódicamente, lanza, dispara y aumenta su popularidad por las caídas que la aplicación sufre, caídas que duran días, semanas, varias veces al año, que exasperan, por decirlo finamente, a sus usuarios, que no pueden entrar a fichar o a hacer su alineación antes del comienzo de la jornada. Las caídas han llegado en ocasiones hasta a perder datos de usuarios, como son las alineaciones.
Pero hay otra curiosa característica más de las “famosas” caídas del Comunio: cursiosamente se justifican como «caídas técnicas» (ya sabes, la culpa siempre es del informático) pero sólo afectan a los usuarios que entran gratuitamente en el juego y no a los que pagan.

Lección 1 del caso comunio: vuelve a retratar el pobre nivel periodístico nacional cuando se trata un tema tecnológico

La repercusión de las caídas de Comunio es tal que, como si de un gran problema nacional se tratase (tengo dudas de que sea un “gran” problema nacional, porque problema nacional si que parece ser a juzgar por la repercusión), cada vez que la aplicación se cae durante unos días casi todos los medios de comunicación le dedican artículos.
Por ejemplo, para la última gran caída, la de finales de este agosto de 2015, tienes artículos dedicados en ABC, en el MARCA, en El Economista, la cadena SER, etc. Y hay muchos más.
Pero, como un triste retrato más de la capacidad de análisis y profundidad que tienen nuestros periodistas sobre temas tecnológicos, si te lees los anteriores artículos sobre el tema, verás que son todos casi iguales, no van más allá de poner una y otra vez los muchos “memes” que hay en Twitter sobre el tema, hacen nulo análisis, aunque solo sean hipótesis, con un mínimo de rigor tecnológico, e, incluso, más allá incluso del tema tecnológico, algunos de ellos están escritos por personas que no saben ni cómo va el juego.
Lo de siempre, lo importante es sacar artículos, rápidos, sensacionalistas… y de bajo coste. Poco periodismo de investigación, poca profundidad, poco rigor.

Lección 2 del caso comunio: Mal software, o software malo, puede ser rentable

Como si fuese un caso más de aquellos que ya hablamos en el post de el negocio oculto de hacer mal software (y software malo), una aplicación de 800.000 usuarios… ¿Qué se cae durante días, muchos días, muchas veces al año? ¿En 2015? ¿Dónde se ha visto eso? Ríete aquí de los ITIL, ISOs 20000, Clusters, etc., y otras buenas prácticas inventadas por la humanidad para intentar asegurar la calidad y continuidad de los servicios que ofrecen las aplicaciones tecnológicas.
Créeme, mira que conozco gente mala, pero mala, desarrollando software con muchos usuarios a los que, ciertamente, se les caen las aplicaciones de vez en cuando, teniendo que arreglar código que nadie entiende, que no todo el mundo sabe ni dónde está, etc… pero aun ellos, tirando de “cinta aislante y alambre” son capaces de que la situación no pase de 24 horas.
Si este humilde blog en el que estás ahora, con unas 2000 y algo visitas diarias, se preocupa por unos mínimos, muy mínimos, dicho sea de paso, relativos a la seguridad, disponibilidad, respaldo, como te conté en aquella caída de un paso a producción sin testear se cargó el feed rss y el envío por correo de los post del blog… ¿Crees que los responsables técnicos de Comunio no saben todo eso? ¿Has visto alguna aplicación web de las grandes caerse varias veces durante días? ¿Y sólo para un sub-grupo de usuarios? (los que entran gratis, por cierto).
Dado el hermetismo en lo que refiere al detalle de los supuestos problemas técnicos que provocan esas largas caídas de servicio en Comunio, todo lo siguiente son conjeturas e implicaciones aparentemente lógicas que podemos aprender, o reafirmar, pero parece lógico pensar en el nivel de publicidad gratuita que genera cada cíada debido a esos artículos periodisticos malos en medios de comuniación masivos, eso más el incremento de usuarios de pago, por aquellos que, aburridos de las caídas, pasan de acceso gratuito a usuarios de pago. Todo eso tiene mucho valor. Mucho.

Lección 3 del caso comunio: El usuario normalmente prefiere sufrir a cambiar de aplicación (o proveedor)

Este tercer punto ha sido un clásico de muchos de nuestro post, he aquí un caso práctico más. En este punto muchos estaréis pensando… ¿es que no hay otras aplicaciones similares que funcionen mejor? Y si las hay ¿por qué la gente sigue intentando e intentando entrar en Comunio?
La situación de… “¿Por qué no cambiamos comunio por otra aplicación similar?”, porque hay otras iguales o mejores, se asemeja a lo que en el día  a día le pasa a muchos usuarios de aplicaciones mal desarrolladas o de proveedores malísimos, yo mismamente la he vivido, como un caso de estudio más, con mi propio grupo de amigos del Comunio: curiosamente todo el mundo estaba harto del Comunio pero seguíamos aguantando, y aguantando, sufriendo, con la fé de que se arreglaría, de que todo iba a cambiar. Pero no. Un clásico.
Todo ello me vuelve a traer a la memoria aquello de que a los usuarios nos cuesta más trabajo cambiar de aplicación, y enfrentarse al miedo – molestia de aprender a usar una nueva, que sufrir los abusos de funcionalidades calamitosas, cosa que ya tratamos, y no es cuestión de alargar aquí, en es mayor el miedo al cambio que continuar sufriendo la situación actual. O que hasta que las ganas de salir de una situación mala, y abandonar la zona de confort, no son mayores a las del coste de aprender algo nuevo… no se cambia, como también hablamos en ¿Qué hace que una organización cambie su manera de trabajar?

Por cierto, nosotros ya hemos abandonado Comunio.

Javier Garzás

0 comentarios en “Caso Comunio: retratando tristes y típicos comportamientos del mundo de la tecnología (nacional)”

  1. Mira que dejarte liar para jugar al comunio a estas alturas 😉
    Ojo y no solo tiene mala disponibilidad, sino también usabilidad, UX, accesibilidad, etc. porque mira que la interfaz es mala y el look&feel para salir corriendo de la web…
    Algunos por lo menos ya hemos dejado de ser «clientes cautivos».

  2. Sólo un apunte al post: Comunio es una aplicación hecha en Alemania. Allí también saben hacer chapuzas.
    Por cierto, nosotros todavía no hemos abandonado Comunio… 😛

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