Nosotros hemos probado varias herramientas Kanban o Scrum, o en general gestores de tareas o proyectos, y al final siempre volvemos, volvemos al tablero físico, el de la pared. Tengo comprobado que mis objetivos para el año y grandes tareas lo son realmente cuando los tengo pegados en un papel… en la pared que hay frente a mi ordenador. Sé que lo que pego en un post-it en mi ordenador es de verdad importante y eso no se me va a olvidar. Sé que me pongo muy pesado cuando alguien me pide una asesoría y le digo que lo mejor es que la lista de tareas y objetivos esté… en la pared, en papel.
A este respecto, desde hace años yo tenía mi propia intuición, que no sabia como explicarla o argumentarla, tenía mi propia experiencia: prefiero ver una planificación de un proyecto (un tablero Scrum o un Kanban) en la pared antes que verlo en una herramienta, si un libro es realmente importante lo prefiero en papel, etc.
Pero fue cuando di con el artículo “Why the Brain Prefers Paper”, publicado en Scientific American, de Nature, cuando dije… ¡por fin! al final no va ser solo intuición, cabezonería, o la edad, no va a ser sólo cosa mía, va a ser verdad que, por mucho que nos empeñemos, leer en papel no es lo mismo que leer en una pantalla.
Por qué el cerebro prefiere el papel
Según dice el artículo, y aquí resumo brevemente, aunque letras y palabras sean símbolos, que representan sonidos e ideas, el cerebro los considera como objetos físicos.
Según comenta, no nacemos con circuitos cerebrales dedicados a la lectura, porque inventamos la escritura hace relativamente poco tiempo, en la historia de la evolución, alrededor del cuarto milenio antes de Cristo.
Por ello, en la infancia, el cerebro improvisa un circuito totalmente nuevo para la lectura, uniendo tejido neuronal dedicado a otras habilidades, tales como hablar, la coordinación motora y la visión.
Algunas de estas regiones reutilizadas del cerebro están especializadas en el reconocimiento de objetos: nos ayudan a distinguir una manzana de una naranja, por ejemplo, y, además, clasificar ambas como fruta. Del mismo modo, cuando aprendemos a leer y escribir, empezamos a reconocer las letras por sus formas particulares, sus líneas y curvas, acompañado de un proceso de aprendizaje táctil que requiere tanto de nuestros ojos y como de las manos.
El cerebro humano puede percibir un texto en su totalidad como una especie de paisaje físico. Cuando leemos, construimos una representación mental del texto. La naturaleza exacta de tales representaciones no está clara, pero algunos investigadores creen que son similares a los mapas mentales que creamos del terreno, como las montañas y los senderos.
Muchas personas, cuando se trata de localizar un fragmento determinado en un libro a menudo recuerdan en qué parte física del texto apareció. Un libro de papel presenta al lector mayor componente físico, dos dominio físicos claramente definidos, páginas de izquierda y derecha y un total de ocho esquinas en las que orientarse. Un libro en papel hace sentir el el grosor de las páginas que se han leído en una mano y las que aún no han sido leído en la otra. Un libro en papel hacen más fácil formar un mapa mental coherente del texto. Un libro digital es como si al Google Maps le quitaras el zoom para ver toda la ciudad, provincia o país.
Sin extenderme más, el artículo complementa lo anterior con multitud de referencias, estudios y experimentos sobre cómo niños que leen en papel obtienen mejores resultados que niños que hacen el mismo ejercicio en una pantalla (todo ello a pesar de que mucho gurucillo 2.0 diga que el problema del papel viene de que somos unos viejunos y que los “nativos digitales” leen y leerán mejor en una pantalla, pues los estudios no dicen eso)
Pon las tareas y objetivos de tu equipo en la pared y, si quieres, además en una herramienta
Más allá de la base científica de por qué el cerebro prefiere el papel a la pantalla, en el caso concreto de la gestión de proyectos y equipos, tener las tareas, objetivos, etc., en la pared, frente a una herramienta hace que:
- Las cosas importantes se vean nada más entrar a la oficina, quieras o no.
- Que, además, las vean otros roles que normalmente no van a entrar en las herramientas software de gestión de proyectos, como comerciales, gerentes, etc. Esto hace que el resto de personas vea qué hacemos, en qué andamos.
- Permite que todos, todo el equipo, veamos lo mismo, discutamos sobre lo mismo, de pie, que estemos alrededor de las tareas cuando hay que tomar decisiones.
- Permite que al modificar o añadir, todos puedan hacerlo, no solo el que tiene el ratón en ese momento.
Y esto no quita que periódicamente, cada x tiempo, alguien tome registro de todo ello, y pase la información que hay en la pared a la herramienta.
Con todo ello, ya tengo más argumentos para reafirmarme en que siempre fue una decisión correcta sacar nuestros libros en digital… y en papel.
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Gracias por compartirlo. Llevo un tiempo sin leer nada, y he intentado retomar el hábito con el Kindle de un familiar, sin resultados. Al final siempre sentía que no era lo mismo.
En general soy un defensor a ultranza de las nuevas tecnologías y de hacer todo lo posible en digital, pero tenía tu misma intuición y con tanta gente insistiendo en que el papel iba a desaparecer casi me lo había creído.
Creo que voy a visitar la biblioteca más a menudo.
Y yo pensando que me estaba poniendo viejo por no lograr concentrarme en largos textos digitales …. Por cierto me voy ya impriendo este blog 😉
Yo también me voy a inprimir el blog, que ya se me ha olvidado lo del principio 🙂
Suscribo totalmente lo dicho. De hecho, hicimos la prueba en la empresa hace 6 meses: pasamos de usar el tablero kanban para la gestión de proyectos software en versión digital (con Trello) a la versión «tangible», en un tablero de corcho con fichas. Notamos la diferencia positivamente: suscribo los 4 puntos que has indicado pues fue tal cual lo experimentamos nosotros. De hecho, grabamos un vídeo con la experiencia para ver su evolución: http://www.globalmetanoia.tv/videos/episteme-metodologia-kanban/
Me inquieta saber que en los últimos días he leído de dos personas jóvenes y con mucho conocimiento, que el uso de la tecnología no se adapta a las necesidades del ser humano en algunos casos.
El interrogante es: No será que las herramientas que se tienen diseñadas actualmente no son las adecuadas?
Somos seres humanos en evolución constante, y así como creamos el papel y la escritura para comunicarnos, podemos hacer que el cerebro se adapte a nuevas formas de hacer las cosas.
Posdata: Igualmente les confieso que no he podido adaptarme totalmente al reemplazo de los post-it y las hojas para anotar las tareas.
Hola, no sabes cuanto he agradecido esta entrada, me atrevo incluso a decir: lo sabia!!! jeje. Llevo muchos meses trabajando en un curso on line, y siempre terminaba comentando a mis amistades la misma intuición de la que hablas; que tenía la sensación de retener más información cuando leo un libro profesional en papel escrito, que cuando leo on line. Por fin, puedo explicar el por qué. Gracias. Y un saludo.
A mi me ocurre lo contrario, tener las cosas en papel me da más inseguridad y menos control que en una herramienta que visualizo en mi portátil, ordenador de casa y móvil. En mi caso el papel es lo último que miro
Me gusta cuando hojeo un libro, me siento importante 😀 y cuando la gente me ve dicen: que estudioso el muchacho, es broma.
Para que yo lea en digital debo tener una herramienta que pueda rayar el libro con toda libertad.
Una cosa es la rzaón de que el tablero del que habla Javier sea más efectivo en soporte físico y otra porqué el cerebro prefiere el papel.
El problema que resuelve el tablero físico es el mismo que enfrenta David Allen con su metodología GTD: un punto de información único y 100% fiable. Si consigues ese efecto con una herramienta software, ya no necesitas papel. En mi caso, esa función la cumple Evernote de manera 100% satisfactoria; ya no miro mi tablero.
Lo del cerebro y el libro parece más bien una cuestión cultural o de tiempo, como se prefiera. ¿Cómo fué el paso del pergamino al libro? ¿Alguien se acuerda?
No me cabe duda de que la tecnología encontrará el camino para interaccionar con nuestro cerebro de forma distinta, pero no menos eficiente, que el libro.
Estoy de acuerdo en que todo puede ser cuestión cultural pero los niños cuando están aprendiendo a leer y le das la pantalla, te dicen que prefieren libro físico.
Quizá habría que estudiar el tema en personas que inician su andadura en la lectura.
Me ha encantado el comentario. A mí me pasa lo mismo, necesito tener las cosas en papel, me cuesta mucho centrarme en la pantalla pero pensaba que era cosa mía, ahora me siento mucho mejor.
Lo dicho, gracias por este comentario tan interesante.
Buenas noches, justamente la pregunta que escuché hace algunos días en un seminario, «porqué mejor nos entrega el material de lectura impreso y no solamente en un cd».?.
Particularmente prefiero leer ebooks, o pdfs. que los docentes suelen alcanzarnos, son más coloridos, gráficos, y eso motiva a la memoria fotográfica a recepcionar con mayor facilidad la información que estamos leyendo y aprendiendo.
Finalmente me quedo tranquilo.
Este tema me ha tenido «hundido» en la vejez desde hace años.
Acabo de «resucitar» de ese letargo, en el que pensaba que mis proyectos con escalímetro y portaminas, debían ser ocultados.
Llevo mas de 30 años, haciendo mis proyectos de Cocinas Industriales, a mano. Una vez terminados, me los pasan a limpio en autocad y, desde ese archivo, confeccionamos los planos de oficios para albañiles, fontaneros, electricistas, etc.
Cuando hago un proyecto, necesito ver toda la planta de Arquitecto completa, no solo la parte donde ira la cocina, cámaras, etc. La pantalla del ordenador no me da esa opción, lo cual me impide diseñar, adecuadamente los distintos flujos de personas, mercancías, basuras, etc.
El conocimiento de los equipos que ofrecen los mercados internacionales y su volumetría, solo te lo da la experiencia y, esa experiencia te permite hacer un proyecto que no se aprende en ninguna Universidad, porque no la hay.
Las empresas fabricantes de equipos siguen haciendo catálogos, cuando sería mas económico verlos en Internet, pero preferimos
lo impreso.
He visto muchísimos proyectos hechos con autocad, y a todos, repito a todos, les falta o sobra algo, bien por falta de conocimientos profundos de los recursos que ofrecen los mercados, por falta de gusto, por desconocimiento de la normativa, etc. Ya digo que ésta técnica es intuitiva, se aprende a base experiencia.
Finalmente decir que he escrito un libro de Ingeniería de la Cocina Profesional y, desde luego, en papel. Ahora estoy actualizándolo y también lo haré en dvg.
Un saludo.
A la hora de leer un libro, el ojo se cansa menos mirando un objeto opaco como el papel en vez del brillo de cualquier pantalla.
A la hora de elaborar una planificación es verídico todas las ventajas, pero es necesario llevar algo paralelo de manera dígital, pues tarde o temprano es necesario sacar números respecto a lo trabajado de manera ágil o simplemente es más cómodo buscar algo.
A la hora de leer un determinado artículo te habrás dado cuenta que es más conveniente si mirás todas las repercusión que causó este mismo jaja
saludos
Muchas gracias por tu post, a mi también me ha gustado; aunque este tema me preocupa hace mucho, hasta hoy no busqué en internet exactamente este asunto, y vi que a muchos les interesa. Los que intentamos asimilar mucha informacion y necesitamos hacerlo casi siempre en pantalla (para no imprimir mucho) creo que muchos tenemos este problema. Comparto que tampoco sabia si sería «yo» el inadaptado o lo será el ordenador…pero hoy mismo empecé a reflexionar sobre le tema y me di cuenta de que al hacer zoom en los pdf que leo pierdo perspectiva, pierdo la imagen general del documento y las gráficas que acompañan, la lectura es más monótona y apenas retengo. Mi comentario no es sobre gestión de proyecto sino sobre asimilar información en general. Yo siempre he trabajado con notas en papel y agenda. Para trabajos en equipo usamos Trello porque cada miembro del equipo está en una ciudad.
Para quienes han dicho antes que les preocupa el asimilar poco, esto suele relacionarse con la capacidad de concentración y las condiciones en que debemos leer y trabajar. Estoy leyendo este libro y lo recomiendo: «Concentrate» (Harriet Griffey), 2011. Un compendio amplio que aborda muchas facetas de la concentración, sus problemas, factores externos, personales, etc. Creo que me está ayudando bastante (también trata el tema de distracciones, email, etc.).
Personalmente he terminado digitalizando todo lo que tenía en papel y estoy encantado de leer en la pantalla de mi tablet PC.
En el trabajo me resulta fundamental porque hacer algunas cosas con mucha más facilidad que en papel y, además, me permite gestionar la documentación de mis proyectos de forma completa (es fantástico poder realizar tus propios apuntes -mecanografiados desde teclado o manuscritos con el lápiz digital- y añadirle a eso bocetos, fotos realizadas con al cámara, libros de consulta, correos electrónicos sobre el tema, etc… Todo en el mismo sitio, bien ordenado y listo para consultar o releer en cualquier momento porque siempre lo llevas todo encima).
En mi tiempo de ocio me permite leer novelas, ensayos, comics, revistas… etc. Y poder consultar en cualquier momento vía internet cualquier concepto o curiosidad que aparezca en ellos. Al mismo tiempo, y desde el mismo dispositivo, puedo ir tomando cuantos apuntes quiera (de hecho, muchas veces, uso la ventana de forma partida con el libro a un lado y el cuaderno de apuntes al otro).
Además siempre lo llevo todo encima, para poderlo consultar cuando sea necesario (estupendo para manuales de consulta técnicos de mi trabajo).
El único problema sería quedarse sin batería… aunque si consigo disponer de cualquier otro equipo siempre podré acceder a la nube donde están todos mis documentos y archivos necesarios.
Las 50 últimas novelas que habré leído habrán sido ya en formato digital, y no me cansa ni noto que mi concentración o mi nivel de asimilación hayan descendido.
El único «pero» que le pondría a esta tecnología es que nos estamos acostumbrando a poder acceder a toda la información en cualquier momento, desde cualquier sitio, y eso hace que estemos perdiendo la costumbre de memorizar algunas cosas que realmente debería ser importante recordar.