Recordando estancias y viajes de trabajo ¿y tú? ¿no viajas mucho? ¿miedo? Espabila, aligera peso y muévete

“-¿Cuánto pesan sus vidas?

Imaginen por un segundo que están llevando una mochila. Quiero que sientan las correas en sus hombros. ¿Las sienten? Ahora quiero que la llenen con todas las cosas que tienen en su vida. Comiencen con las cosas pequeñas, las cosas de los estantes y cajones, chucherías, sus colecciones. Sientan el peso mientras van agregando. Luego comienzan a agregar cosas más grandes: Ropa, electrodomésticos, lámparas, ropa blanca, su televisor. Ahora la mochila se debe estar poniendo muy pesada. Y van por más. Su sofá, cama, mesa. Métanlas todas allí dentro. Su auto, métanlo. Quiero que metan todo eso en la mochila. Ahora intenten caminar. Es un poco difícil, ¿cierto? Esto es lo que nos hacemos en una rutina diaria. Nos ponemos tanto peso que ni siquiera podemos movernos. Y no se equivoquen, moverse es vivir. Ahora, prender fuego a la mochila. ¿Qué quieren sacar de allí? ¿Fotos? Fotos de personas que no recuerdan. De hecho, dejen que todo se queme e imaginen despertándose mañana con nada. Es un poco excitante, ¿cierto?-“

— Ryan Bringhman (George Clooney) en Up in the Air (2009)

De nuevo, estoy preparando un viaje de trabajo a los USA. Como muchos sabéis, ir a los EEUU no es como irse ahí a Irlanda, conlleva el cñz, digo… el arduo trámite de pedir con tiempo la hoja de visado o tener un pasaporte con chip. Así que, por aligerar tramites, he decidido jubilar mi viejo pasaporte clásico por uno con chip. Y con la cosa de iniciar los trámites, me ha dado por volver a hojear el viejo pasaporte… y a su ancestro, otro pasaporte que tengo caducado y que por cosa de recuerdos aún conservo, es más viejo aún y fue el que jubiló al actual.
Según hojeaba ambos pasaportes, sus hojas llenas de sellos de todo tipo, color, sin haber dos en la misma posición, me daba cuenta de lo poco que nos paramos a veces a recordar el pasado. Todo es presente, el ahora, prisa, “partido a partido” y a ver que toca la semana que viene. Lo que pasó ayer es historia, lo de hace unos años ni te cuento.
Según dicen los sellos de los pasaportes, y yo ya no me acordaba, sólo por trabajo, he hecho 8 estancias en Chile, 4 a Venezuela, 4 a Colombia, 1 a Suecia y 1 a EEUU (que fue la más larga estancia de todas las que he hecho, en esta ya me saqué hasta la tarjeta de puntos del supermercado, algo te conté cuando llevaba 55 días en Pittsburgh, en homenaje a la película 55 días en el Pekin).
Los anteriores fueron estancias por trabajo, en proyecto de desarrollo software puro y duro. Excluyo de la anterior lista viajes de placer, viajes de trabajo de pocos días, viajes para impartir formación o viajes para ir y soltar el rollo en una conferencia y volverse. Y es que no es lo mismo “vivir” un tiempo que ir de “visita” turística o de conferencias (que casi viene a ser lo mismo).
Sino a la lista habría que añadir Israel, Egipto, Canadá, Paraguay, Irlanda, Italia, Austria, Marruecos, Polonia, UK, Brasil, Cuba, etc.
¿Qué me llevo de todas esas estancias? Sólo cosas positivas y ver que “en la mochila” hay cosas que no son necesarias. Cosa que te conviene recordar de vez en cuando.
Pero lo curioso es que me sigo encontrando gente que dice que a ciertos sitios, generalmente más allá de 1000 km a la redonda… no viajan. Que les da… miedo ¿miedo? Ni la crisis ha podido cambiar este pensamiento. Sí, que llevan demasiadas cosas en la “mochila”, y eso que, la mayoría de los que piensan así no tienen ni 30 años.
Pues yo te digo que aunque las casualidades de la vida, y del transporte y alojamientos, me llevaran a tener que dormir una noche en la calle, en Washington.
Que aunque haya países en los que cuando hay elecciones, los visitan importantes políticos extranjeros, etc., aparte de implantar la Ley Seca, cortan al tráfico las calles, por lo que después de ir a visitar la ciudad en Taxi tuve que volver andando… acompañado en una manifestación de esas bronca con un centenar de manifestantes anti sistema discutiendo con los policías antidisturbios.
Que aunque de alguna reunión haya que haberse levantado de la mesa para salir con premura, porque peligraba la integridad física, ya que a alguien (y aseguro que esto es un caso extraño) se calienta y le sale el espíritu anti español agresivo (encima en el marco de un proyecto iterativo vs cascada).
Que aunque en ocasiones hay carreteras que desapareen por riadas y hay que hacer el camino de vuelta a casa pasando por las temidas Favelas (o como en cada país las llamen).
Aún así, los anteriores son meros detalles puntuales que casi nunca pasan, pero lo que si seguro pasa es que la mayoría de los mejores recuerdos que tengo vienen de ahí fuera. Los mismos problemas profesionales que aquí veo están igualmente ahí fuera. Que gran parte de los mejores profesionales que he conocido están ahí fuera. Que de la gente que más he aprendido profesionalmente está ahí fuera.
Y que creo firmemente que si hacerte un máster, un curso, apuntarte a inglés, etc., te pueden hacer mejorar profesionalmente, y ayudar a seguir metiendo cosas en la mochila, viajar por trabajo te puede «cambiar» (a mejor) profesionalmente.
Así que, espabila, aligera peso y muévete. Viaja.
 
 
 
 

0 comentarios en “Recordando estancias y viajes de trabajo ¿y tú? ¿no viajas mucho? ¿miedo? Espabila, aligera peso y muévete”

  1. Javier Vázquez

    Buenas,
    me alegra que sigas moviéndote, y con esas ganas que se ven. Yo estuve varios años de aquí para allá, EEUU (todavía tengo VISA), Cuba… Y como tú, recuerdo sobre todo los problemas que tuve y cómo logré salir airoso de ellos, desde la burocracia para entrar a un país hasta el haber vivido un huracán con decenas de muertos. Al final, grande experencias de las que aprender.
    Salu2

  2. «…“partido a partido” y haber que toca la semana que viene.» Se te ha colado ese «a ver» ;). Yo soy de los que quieren viajar, pero nunca ha tenido la oportunidad.

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