El número de columnas de tu tablero muestra el nivel de ineficiencia de tu proceso

Casi 25 años en el sector te enseñan a oler la cultura de una empresa nada más entrar por la puerta. Aquel día volvió a repetirse: Estar entre las 10 primeras empresas del país no quita tener una gestión interna, para la creación de tus productos de base tecnológica… desastrosa.

Me encontraba esperando en una de las salas de reuniones de aquel gigante corporativo.

Desde los cristales se veía una gigante, enorme, sala diáfana con centenares de mesas y gente yendo de aquí para allá.

Se podía diferenciar fácilmente a los técnicos de los de negocio, ya que por el sector al que se dedica la empresa, los de negocio iban muy, muy a la moda. Muy «fashion».

No me di cuenta de que Mr. Nobody había entrado en la sala y su voz me sobresaltó.

— Impresionante, ¿verdad? — dijo Mr. NoBody a mi lado.

— Sí, es… imponente — respondí, algo desconcertado.

— Soy Mr. NoBody — se presentó con una sonrisa enigmática.

Era un hombre de unos 40 años, con algo de sobrepeso, y que estaba dentro del grupo de los que no iban vestidos a la moda.

— ¿Qué notas Javier? — preguntó Mr. NoBody.

— Burocracia — sugerí.

— ¿Cómo? — se extrañó Mr. Nobody. — Si apenas tenemos jerarquías, ni despachos, lideramos el sector, contratamos a las mejores consultoras, tenemos las mejores herramientas [etc, zzz, etc.].

— Enséñame vuestro Jira — le dije.

Mr. Nobody abrió su ordenador portátil y proyectó Jira.

Y ahí estaba. Otra vez más. Ese Lado Oscuro: las Columnas.

Columnas por todas partes.

Columnas y columnas.

‘To Do’, ‘In Progress’, ‘In Review’, ‘Waiting for QA’, ‘QA In Progress’, ‘QA Approved’, ‘Ready for Release’, ‘In Release’… La lista parecía interminable.

Cada columna era un estancamiento potencial.

Cada una, un silo, un jefe, un responsable.

Columnas en un único tablero pertenecientes a 4 departamentos.

Ese Jira gritaba burocracia y lentitud.

—Que la Agilidad nos acompañe —murmuré—. Nunca había visto tantas columnas.

Recordé una vieja lección y me dirigí a Mr. Nobody:

—¿Sabes qué solemos decir? La eficiencia de un proceso ágil es inversamente proporcional al número de columnas que tiene su tablero. Vamos, que a más columnas, más ineficiencia —dije mientras le daba un sorbo a mi café—, una vez conocí a alguien que sabía mucho de agilidad, que decía que la velocidad en la creación de un producto intelectual en grupo, ya sea escribir una novela entre varias personas o desarrollar un producto tecnológico, depende de lo rápido que las ideas se muevan entre las cabezas.

—¿Ah, sí? —preguntó, intrigado.

—Sí, exactamente —continué—. Cuanto más opacas y filtradas sean las canales de comunicación, más ineficiencia y menos velocidad tendrás. Es como si la información tuviera que atravesar un laberinto antes de llegar a su destino, ralentizando todo el proceso.

Recuerda, la verdadera agilidad no se mide por la complejidad de tus herramientas o tus procesos, sino por la simplicidad.

Porque a veces, menos es más. Y en el mundo del desarrollo ágil, menos columnas pueden llevarte mucho más lejos.

Desde aquel día, Mr. Nobody comprendió una verdad crucial: algo tan sencillo y rápido (que sus consultores hacían en segundos) como añadir una columna en un tablero puede ser casi imposible de deshacer, ya que eliminar una columna implica un cambio cultural, organizacional y jerárquico profundo.

A día de hoy, sigo manteniendo el contacto con Mr. Nobody. Y aún sigue trabajando para quitar columnas, y aunque ha logrado grandes mejoras en eficiencia con los años, aún queda mucho del lado oscuro por enfrentar.

La verdadera eficiencia en un proceso Ágil no está en la complejidad de los procesos, sino en la capacidad de simplificar y adaptarse. Menos es más.

Que la Agilidad te acompañe.

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Javier Garzás

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