Efecto contraproducente

«El mayor peligro en tiempos de turbulencia no es la turbulencia; es actuar con la lógica de ayer» —Peter Drucker

En opiniones muy polarizadas, gestión de proyectos clásica vs agilidad, SAFe es bueno vs SAFe es malo, Scrum vs Kanban, la tierra es plana vs no lo es, etc., intentar provocar un cambio en aquel con una idea contraria mostrándole datos o razonamientos, muchas veces, provoca que la otra parte se reafirme, aún más, en sus creencias originales.

Es por ello que si aparece un estudio a favor de SAFe (por ejemplo, este), afirmando con datos que “no necesariamente es un mal modelo”, habrá otro que justifique que realmente sí que es un mal modelo.

Pero más allá de contarte esto para justificar que siempre habrá “guerra” de modelos o frameworks, te lo cuento para que cuando enfoques una transformación Ágil, y te encuentres con personas muy opuestas al cambio, lo gestiones por el camino de la necesidad de un sentimiento de cambio, más que por datos que aseguren que la situación actual es mala.

Esto es lo que se llama el efecto contraproducente.

El efecto contraproducente

Se llama «efecto contraproducente» al comportamiento que sucede cuando las convicciones más profundas de una persona son desafiadas por una evidencia contraria: las creencias originales se fortalecen aún más. 

Es decir, si pretendemos provocar un cambio en alguien, que tiene un pensamiento bastante alejado del nuestro, y queremos hacerlo con dándole datos, razonamientos, estudios, etc. Puede que provoquemos el efecto contrario, que se reafirme aún más en sus creencias, y ese es el efecto contraproducente.

En 2006, Brendan Nyhan y Jason Reifler [1], realizaron un experimento para estudiar este efecto

Escribieron artículos de prensa falsos, sobre temas políticos muy polarizados (células madre, la reforma fiscal, etc.), afirmando como ciertos asuntos muy polémicos de la política estadounidense. Y entregaron dichos artículos falsos a un grupo de personas.

Cuando una persona terminaba de leer uno de esos artículos ficticios, los investigadores le entregaban otro artículo, esta vez verdadero, que expresaba la opinión contraria. 

Por ejemplo, uno de los artículos falsos sugería que Estados Unidos “SI encontró armas de destrucción masiva en Irak” y el siguiente que Estados Unidos “NO las encontró”.

Lo curioso de este experimento fue la reacción de los que antes del experimento SÍ creían que había armas de destrucción masiva, cuando leyeron el artículo que contaba que NO existieron se reafirmaron, estaban más seguros que antes de que SÍ las había.

Tendemos a proteger nuestras creencias, sean correctas o no. Y cuando alguien intenta evidenciar, con datos, que no estamos en lo cierto… puede provocar el efecto contrario.

Lleva todo esto a nuestro día a día, sea cual sea el tuyo, a aquello que estés, o alguna vez hayas, intentando cambiar.

Esto es lo que pasa con las teorías de conspiración, las dudas de si el hombre llegó a la Luna, etc., la evidencia contradictoria fortalece la posición del creyente. La réplica con datos reales se ve como parte de la conspiración y la evidencia se descarta y se asume como parte del encubrimiento.

Así que, en lo que refiere a gestionar y provocar cambios, en aquellos grupos muy polarizados, muy opuestos a aquello hacia donde queremos ir, realizar intentos de cambio usando justificaciones, datos, razonamientos… puede llevarnos a un lugar peor. Mejor llévalo a generar el sentimiento de cambiar, más que justificar con datos el mejor modelo al que hay que cambiar.

Que la Agilidad te acompañe.

[1] Nyhan, B., & Reifler, J. (2010). When corrections fail: The persistence of political misperceptions. Political Behavior, 32(2), 303–330

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