Como pasa muchas veces, después de muchos años viendo empresas y equipos, llegué sólo a esta conclusión (y no es que sea más listo ni menos que nadie, era de sentido común, quizá tu también hayas llegado), la intuía por evidente (que no obvia) y, luego, buscando, lógicamente, encontré que otros muchos habían escrito (estudiado y puesto nombre) sobre este efecto llamado… la profecía autocumplida.
El término es de un sociólogo llamado Robert K. Merton, y viene a decir, simplificadamente, que puede ocurrir que hagamos una predicción, nos la creamos firmemente (sin tener porque ser cierta) y que por ello, nosotros, provoquemos que se haga real (al creérnosla nosotros la hacemos una realidad).
Ejemplo, te vas a presentar al examen práctico para sacarte el carnet de moto, y se te mete en la cabeza que no vas a poder superarlo (predicción no necesariamente cierta), y te lo crees, al final te presentas con miedo, sin seguridad, o prácticas menos, o evitas prácticar por miedo al fracaso, porque lo ves imposible y tú mismo provocas… el suspenso.
Otro ejemplo, un clásico que siempre se pone para explicar la profecía autocumplida. Piensas que tu chic@ pasa de ti (profecía, pongamos no cierta, pero tu te la crees a morir), y por ello acabas generando situaciones de discusión, momentos tensos, frialdad, etc., que, al final, generan que tu chic@ pase de ti (has provocado que se cumpla la profecía, que se basaba en un hecho que no era cierto).
¿Entendido, no? Pues ahora a lo nuestro.
Llevado a lo nuestro, siendo la razón por la que llegué a esto de la profecía autocumplida, me encuentro muchos equipos, organizaciones, etc., cuya cultura es negativa, del tipo, «somos muy malos», o (un clásico) «nuestra agilidad es de lo peor», «nuca vamos a cambiar la cultura», «no somos capaces», «nunca vamos a mejorar el legacy este que tenemos», «nunca tendremos un mínimo de pruebas unitarias, es imposible», etc.
Y, mi sensación, es que ese pensamiento (predicción negativa) colectivo lo que genera es una realidad (no necesaria)… y esos equipos se quedan en un nivel mediocre.
Y se acrecienta aún más mi sensata sensación de que esto ocurre cuando, cómo voy a muchos sitios, me encuentro con otros equipos, otras organizaciones, con una cultura más de «vamos a poder», «somos los mejores». Y aún siendo, en mi opinión, estos equipos más «positivos», de un nivel profesional similar a los equipos que hacen «profecías negativas»… logran mejores resultados.
Y aún lo aprecio más cuando una persona que trabajaba en un equipo de «predicciones negativas», y obtiene resultados mediocres, se cambia a un equipo de «predicciones positivas»… y esa persona mejora un montón profesionalmente.
Poco más, sólo quería compartir contigo este pensamiento, que, creo, es algo bastante de sentido común (aunque no sea algo obvio).
Y dejarte la reflexión final del daño que os puede estar haciendo entrar en un ciclo de predicciones, y pensamientos, negativos sin fundamento real.
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