En el mundo Ágil, y pre-ágil, hay un par de palabras que ya casi hemos olvidado, pero que en su momento fueron muy utilizadas para justificar el uso de frameworks Ágiles frente a los que tenían como base al cascada: ligeros vs pesados.
A estas alturas creo que no hace falta que te explique la cantidad de «peso» que tienen (digo tienen, no tenían) las metodologías, procedimientos, normas, calidad, proyectos, papeleo, etc., de la gestión clásica. Una de las, entre varias, razones que impulsaron el uso de frameworks Ágiles.
Pero dejando a un lado los modelos clásicos de gestión, hacer uso de Scrum, XP, un Kanban agilizado, etc., no evita, por defecto, el caer, incluso, en «hacer» una Agilidad… pesada.
Y, hasta cierto punto, una Agilidad pesada pudiera llegar a ser… una dudosa Agilidad.
Pero cierto es que, en algo tan amplio como madurar un cultura Ágil, hay miles de diferentes maneras de operar, algunas más ligeras y algunas… más pesadas.
Es decir, por poner unos ejemplos…