¿Hay una burbuja de certificaciones profesionales?

En 2015, noviembre, hice la mochila, cogí un avión «low cost» y me planté en un frío Estocolmo en el que a las 16:00 ya era de noche. Quería aprender, de primera mano, de uno de los creadores de Scrum, Jeff Sthuerland, y, de paso, al terminar, me dieron una certificación de Scrum Master que poco me importaba… yo había ido a aprender.

Pero años previos, sólo con el objetivo de tener el «papel» acreditativo, tuve que pasar, por ejemplo, por un horroroso y casposo examen para obtener la viejuna certificación CISA, que me requerían en un trabajo (y de la que tuve que pagar durante años una tasa anual de mantenimiento). Y, de manera similar, en años previos, otras tantas certificaciones.

Han pasado casi 4 años del viaje a Estocolmo y las cosas en el mundo de la certificación son muy diferentes.

Si ahora malgastas un poco de tu tiempo mirando fijamente el «home» de tu Linkedin, verás como cada pocos minutos van cayendo, intermitentemente, mensajes, e imágenes de diplomas, que la gente sube para acreditar la superación de todo tipo de certificaciones. 

En algunos perfiles, la frase que hay justo debajo del nombre de tiene tantos acrónimos que suena hasta chistoso cuando intentas leerla.

Certificaciones de todo y, a la vez, más de lo mismo, que si el quincuagésimo «avanced» de no sé qué framework. CErtificaciones del mismo frameowrk pero por distintas organizaciones. Decenas de certificaciones que compiten en lo mismo y certificaciones que compiten en su esencia (las de gestión de proyectos clásicas vs las ágiles, ITIL vs DevOps, etc.)

Intenté reflejar esto en uno de los dibujueves de hace tiempo, el que te dejo abajo, haciendo una analogía con la con la canción de Pink Floyd «Another brick in the wall (part II)», pero yo creo que no me expliqué lo suficiente bien y no se llegó a entender. 

Hasta hace unos años, yo no tenía un especial problema «filosófico» con las certificaciones, yo tengo, yo certifico, por ejemplo las de Management 3.0, pero siempre he querido interpretarlas como un reconocimiento a la superación de una formación, pero hoy…

Veo mucho interés en competir en número de certificaciones y muy poco en demostrar experiencia y conocimiento. En parte será porque es lo que pide el mercado, más claro… es lo que piden las medianas y grandes empresas, currículums al peso de certificación, certificaciones y no tanto experiencia y conocimiento real y constatado en la dura vida real.

Veo mucho mucho departamento de RRHH que (quizá debido a su, no sé si razonable, incapacidad de saber si alguien sabe o no) cede ingenuamente su responsabilidad de comprobar la valía a alguien a los certificadores, asumiendo que si alguien está certificado… sabrá de aquello en lo que se certificó.

Y una certificación no es condición ni necesaria ni suficiente de tener experiencia y conocimiento.

Y, mientras todo esto ha ido engordando, los junkies de la certificación son cada vez más, la gente que necesita otra dosis de una nueva certificación es cada vez mayor, porque hay que diferenciarse en acrónimos, que parece ser más fácil que hacerlo demostrando conocimiento y que es lo que piden los de RRHH.

Y, por ello, hay cada vez más oferta, más organizaciones ofreciendo nuevas certificaciones (algunas alucinógenas o psicodélicas). Y, en muchos casos, los requerimientos para obtenerlas con cada vez más fáciles, hace años, por ejemplo, nunca podría haber imaginado que algunas de las certificaciones que más piden las empresas las puedes obtener desde la web, tu solo en casa, o llamando a tu primo para que te haga el examen (examen que te puedes encontrar hasta en apps de móvil).

En 2012 escribí el post de la entrevista de trabajo que ya me resigno a no pasar, como un ingenuo intento de hacer un llamado a potenciar el conocimiento real en entrevistas. Hoy 7 años después, estamos aún peor.

2 comentarios en “¿Hay una burbuja de certificaciones profesionales?”

  1. Muy buenas tardes Javier, estoy de acuerdo contigo, pero creo que es precisamente el mercado de las compañías el que está apalancando toda esta situación; Como dices en la gran mayoría de compañías se valora mas un cartón o diploma que la misma experiencia y esto obliga a los nuevos profesionales y a los que ya llevamos un rato en el mercado a tener que cumplir con esos requerimientos si queremos progresar y seguir escalando profesionalmente, pero también impulsa a estas grandes compañías certificadoras, a seguir inventando títulos y certificaciones innecesarias o que sólo son complementos a previas certificaciones, con tal de mantener su flujo de caja, por tanto es un círculo vicioso.
    Seria genial decir que las certificaciones son innecesarias, pero mientras le mercado las siga requiriendo, no queda otro remedio que cumplir con esos requerimientos, aún cuando se tenga la experiencia y el conocimiento.

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