No te voy a decir por qué razón, pero he vuelto a leer algunos capítulos del viejo y mítico libro del más mítico aun Gerald Weinberg (ya sabes que, desgraciadamente, murió en agosto)… el The Secrets of Consulting: A Guide to Giving and Getting Advice Successfully (del año 85, otra vez los ochenta, y, aunque sea obvio, conviene en este punto decir que el libro tiene más de 30 años).
Según lo leía no dejaba de venirme a la cabeza el «nuevo», popular y famoso rol del Agile Coach. Por aquellos tiempos, en los que se escribió el libro, el rol del Agile Coach no existía, pero desde aquellos tiempos, desde incluso antes, hasta incluso ahora… muchas cosas no han cambiado.
Haciendo esta analogía entre el «Secrets of Consulting» y el «Agile Coach» no estoy queriendo decir que el «Agile Coach» sea siempre un consultor (lo cual tampoco no quita que muchos Agile Coach sean consultores). Pero es que me han encantado los paralelismos, y me ha encantado, como otras veces, traer esos paralelismos del pasado, encima ochenteros, a la actualidad, donde parece que todo es nuevo y olvidamos lo que nos dejaron muchos viejos profesionales, con cicatrices, que ya habían pasado por esto.
Una de las partes «famosas» del libro son las Leyes de la Consultoría de Weinberg (con su toque a 3 Leyes de la robótica de Asimov). Y que pensaba yo mientras leía: <<donde Weinberg escribe Consultoría hoy podría haber escrito, perfectamente, Agile Coaching>>. Bueno, o, incluso, de manera general, en vez e «Agile Coaching»…. «intento de mejorar como trabaja un equipo».
Entre esas Leyes hay algunas como estas:
– Primera Ley de la Consultoría: A pesar de lo que diga el cliente… siempre hay un problema que resolver.
– Segunda Ley de Consultoría: No importa lo que parezca al principio… siempre es un problema de personas.
– Tercera Ley de Consultoría: Nunca olvides que te pagan por hora, no por solución (bueno, sí, esta tercera aplica casi exclusivamente al Consultor, sea Agile Coach o no).
El libro es muy recomendable de leer y es de esos que dan para sacar 10 post comentándolo. Pero, curiosamente, volviendo a relacionar el libro con la Agilidad de hoy, hay una Ley de Weinberg, la «Law of Raspberry Jam» (la Ley de la Mermelada de Fresa), que dice que al igual que la mermelada, que cuanto más se extiende más fina se vuelve, a las ideas les pasa lo mismo, cuanto más se difunden más delgadas se vuelven.
La Ley de la Mermelada de Fresa ha sido usada por muchos en el mundo Ágil para argumentar por qué el movimiento está tomando malos caminos, la aparición de la Agilidad flácida, lo de hacer lo mismo de siempre con otro nombre, etc. O, sin ir más lejos, lo que hablamos ayer en el Scrum Master está en peligro de extinción.
Cuanto más se expande la Agilidad… más delgada se vuelve.
Por ejemplo, aquí tenéis un artículo de Jim Highsmith (firmante del Manifiesto Ágil) que, entre otros autores, usó la Ley de la Mermelada de Fresa para tratar el estado de la Agilidad, esa perdida de esencia que en algunos lugares había sufrido con los años. Curiosamente, a este post de Highsmith contestó el propio Weinberg, con una frase (translated and sumarized by jgarzas) que dice algo así como… la mermelada de fresa se hace delgada al untarla, pero las fresas en conserva no. Mientras haya fresas en conserva (refiriéndose a Highsmith) que difundan el mensaje la esencia quedará, aunque cada vez haya más usos inapropiados.
Sí, ya, lo sé, ciertamente los mensajes finales han quedado un poco «pastelones», con tanta fruta y mermelada, pero tu quédate con la idea de fondo.
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