Somos Universidad, #somosURJC

La Mancha de los 90 no era un lugar especialmente fácil, ni que propiciara un futuro prometedor a sus jóvenes, menos aun en tecnología.
Después de haber trabajado los veranos limando en el taller de coches de mi padre, después de casi haber sido carnicero (no pasé la entrevista), estar apunto de trabajar en una lavandería y otras extrañas dedicaciones, mi cerebro tuvo un momento de lucidez: aunque rechazaba plenamente dedicarse a estudiar… empezó a vislumbrar que esa podía ser la mejor salida, la salida.
FP I en electrónica, FP II…. Siempre avanzando con resultados académicos justos, quizá por estudiar algo que no me motivaba mucho, no lo sé, pero… ¿Y después qué? ¿Cómo hubiese sido todo sin la Universidad? (y sin el esfuerzo de nuestros padres, que pasaron muchas necesidades por pagar aquellas matrículas).
Hasta que la Universidad me cautivó no me puse a estudiar en serio, allí, más que en otros estudios previos, el esfuerzo era lo que se premiaba y cuando entendí aquello, y encontré la motivación, empecé a meterle horas, y termos de café, a estudiar… hasta llegar a terminar primero de mi promoción en la Ingeniería Informática en la Universidad de Castilla – La Mancha. Ya ves, siempre en la Q1 para pasar de pronto a la Q3, gracias a esa profesión, esa puerta, la informática, que me enseñó, y para la que me motivo… la Universidad.

programando java en un lugar de la manchaComo te conté en Aquellos mis comienzos en esta profesión, programando Java y Clipper, el amigo Faustino, a la izquierda, y este quien aquí escribe, a la derecha, hará algunos muchos años, picando Java en algún laboratorio de Mordor, allá en La Mancha. Nótese el tamaño de los monitores, las modernas webcams, y el moderno ventilador que nos ayudaba a superar los calores manchegos.

La Universidad dio, da, a la clase media, a aquellos cuyos padres eran mecánicos (como el mío), carpinteros, oficinistas, dependientes, etc., una oportunidad para ser un profesional, a igualdad de condiciones, poniendo como principal condición el esfuerzo y la valía. La valía te viene de serie, el esfuerzo es la jugada que te diferencia o, si no la entiendes, te elimina.
somosurjc
Programando Clipper, luego trabajando en Madrid, en una consultora, programando Java y haciendo UMLs, no era fácil hacer una Tesis Doctoral (ya te di mi consejo sobre esto en 2013, ¿Tiene algún sentido hacer una tesis doctoral trabajando en la empresa?). Pero ya había pillado cuál era el truco en la Universidad: el esfuerzo. No había atajos, si te dejabas las noches y eras constante durante años… nada podría dejarte en el camino. Así pude terminar la Tesis doctoral en 2004, dedicada a una de mis pasiones, la Orientación a Objetos, el diseño OO y los patrones de diseño.
Acabo de contar las referencias que cito (quizá es demasiado obvio decir que tras su previa lectura y estudio) en mi Tesis Doctoral: 147, entre artículos y libros, en perfecto inglés y yo con mi inglés de la EGB y sus exámenes de verbos irregulares (cómo molaba si caía el put put put). De nuevo, se cumplía la combinación: Universidad y esfuerzo.
Fue la Universidad la que me permitió compartir mis resultados de investigación con otros profesionales en Brasil, EEUU, Austria, Irlanda, Canadá, etc. La lista de todos mis artículos, charlas, etc., la tienes aquí.

Uno de los artículos derivados de mi tesis, publicado en la IEEE Software. An ontology for microarchitectural design knowledge (published in IEEE Software, 2005)

La Universidad no es perfecta, como todo. Tendrá profes que saben más, que saben menos, clases más entretenidas, más aburridas, cosas que los años han quedado obsoletas, etc., pero da (debe dar) las mismas oportunidades a todos (bueno, ya sabes, a todos los normales) para que en función de su esfuerzo se inicien en una carrera profesional. Te da el camino, te enseña a que si no te esfuerzas nada vale.
Años después, otra Universidad, la URJC me dio la oportunidad de ahora ser yo el que enseñaba. Enseñar lo que había aprendido y como me habían enseñado, defendiendo el esfuerzo.
Además, con una beca de Universidad, de la URJC, que apenas me llegaba para pagar el piso, tirando de ahorros, me fui a EEUU. La Carnegie Mellon, otra Universidad (una de las importantes), en este caso de los USA, me otorgó una Visa J1 de investigador, única y exclusivamente por mi CV, por, de nuevo, el esfuerzo de años que allí se mostraba. En los USA nadie me conocía, ni nadie intermedió por mí con «contactos», no llegué ni por dinero (la Carnegie no me pidió ni le pagué ni un solo €), solo por esfuerzo y currículum.
Siempre esa combinación, Universidad y esfuerzo.
No falté ni un sólo día al despacho en EEUU, por muy tentadora que fuese la oportunidad para hacer turismo. Y de aquella estancia, yo, como profe de la URCJ, y la Carnegie Mellon publicaron sus resultados en revistas, tecnológicas y de prestigio, independientes.

Uno de los artículos derivados de mi postdoctoral, sobre Agilidad y otros modelos como CMMI. A case study of software process improvement with CMMI‐DEV and Scrum in Spanish companies (2013)
No dejemos que se desprestigie la Universidad, ni a a los alumnos y profesores que de dejan día tras días los ojos, durante horas, en el estudio, el trabajo y la investigación. En este caso le ha tocado de lleno a la URJC, aunque, en menor medida, las iniciativas de desprestigio (que no crítica) a la Universidad pública ya vienen desde hace tiempo.
Recuerda que la Universidad, y el esfuerzo que siempre la ha acompañado, es lo que nos ha puesto en igualdad de oportunidades a todos teniendo recursos económicos humildes. Que no se cuestione el esfuerzo como el único camino.
Con este post quiero unir este blog a la iniciativa de muestra los resultados de tus Master, Tesis de doctorado, etc., para que se vea que, salvo esos casos, en la Universidad no hay atajos.

7 comentarios en “Somos Universidad, #somosURJC”

  1. Me veo muy identificado en tu historia. Yo empecé a tomarme el estudio en serio en el doctorado. Y también me encontré con el dilema de ¿para qué un doctorado si no lo valorarán en la empresa privada? Yo lo abandoné, con investigación terminada, publicaciones varias, una de ellas en revista de máximo renombre (IEEE Journal on Signal Processing), proyecto de tesis con matricula de honor y tesis a medio escribir. La falta de fe, que cuando te viene, te bloquea.
    Supongo que esta salida a la defensiva de la universidad es por el aluvión de «títulos regalados» que aparecen por las noticias. Nada que ver con el 99,99% restante, que nos los ganamos a pulso.
    En lo que no acabo de estar de acuerdo es en el alto valor que otorgas a la universidad. Yo cada vez soy más crítico con ella. Cada vez pienso que hay más endogamia y menos ver la realidad que les rodea. Si es una materia muy técnica, se moverán fácilmente en el state-of-the-art. Si hablamos de formar a un investigador, lo bordan. Pero si hablamos de preparar a gente para su futuro trabajo de empresa, es como el curso prematrimonial para prepararte para la vida en pareja, impartido por un cura. Mucha gente no ha salido nunca de la universidad y no sabe qué se mueve fuera. No es tu caso, y sé que no es el de muchos. Pero la mayoría de lo que yo veo, es profesores creados en la universidad, que viven en la universidad y que no conocen más mundo que la universidad.
    Por ejemplo, acabo de consultar el plan de estudios del grado de informática de la UIB, y me encuentro con perlitas como que enseñan Física, POTS, DWDM, o gestión de redes conmutadas. En Mallorca el 75% de los informáticos trabajan en la industria turística. ¿No les podrían enseñar algo sobre tecnología turística? Porque eso sí marcaría la diferencia entre un graduado por la UIB o de otra universidad. Ves varias asignaturas de bases de datos y cuando miro el temario sólo veo relacionales. ¿No se han enterado de que hoy en día hay otros paradigmas a los que se tendrán que enfrentar? Y como eso muchas otras cosas más.

  2. Muy bonito el post 😉
    Enhorabuena y, en parte, gracias, por haber aprovechado los años universitarios al 200% y haberte convertido en lo que eres ahora, ¡¡un profesor genial para muchos!!

  3. Hola Javier:
    ¡Me ha encantado el artículo!
    También soy hijo de personas muy normales (obrero de fábrica de automoción + horas extras de albañil – y antes embarcado ) y (ama de casa – madre de tres hijos – trabajadora de campo – que vendía luego en mercados – y luego en el puesto de quesos y verduras de mi abuela)… Y ambos con padres de campo o de la mar…
    Yo tuve la suerte de la universidad como ellos la primaria (que sus padres, mis abuelos, no tuvieron tanta, ahí leer y escribir ya era…, recuerdo que mi abuelo me dijo que para lo único que le valieron los 4 años!!!! de mili es para complementar los 4 días de escuela, y así aprendió bien a leer y escribir… aunque fueron 4 años de vida tirados, pasando hambre y…)
    Y vuelvo, tuve la suerte de estudiar en la universidad, sólo fui mínimamente bueno al final… cuando trabajaba horas extra en un hipermercado… ahí vi las orejas al lobo…) Y mis padres antes no quería que trabajase para que no viese dinero, y evitar la tentación de los estudios… esa sobreprotección!!! jajaja
    Al final, yo no gasté ni un euro de esos meses, pero me sirvieron para ponerme las pilas, y con la ayuda de amigos y amigas (especialemente Telle que iba a ser padre) logré en dos años sacar casi tres.
    Cuando tuve el título, aprobé mi asignatura de Contabilidad de Costes…, me di cuenta de algo grande, de años, había logrado en mi vida. No voy a contar la alegría de mis padres… sólo diré que sentí orgullo de mí, porque me di cuenta de cuánto me había costado…
    Ahí, en la universidad conocí a muchos amigos, y también a un compañero de clase que hoy lo sigue siendo en el trabajo.
    Personalmente soy muy crítico con la universidad, no como concepto, sino por la rabia de ver que se puede autodestruir.
    La universidad me gusta como cuna de conocimiento, y sobre todo como alimento de conocimiento para TODOS.
    Todos somos iguales ante el esfuerzo, y hasta los más dotados algo se esfuerzan…
    También era la universidad una unión de diferentes niveles económicos, sociales…
    La universidad puede seguir siendo grande, y darse cuenta de los peligros, puede ser el inicio de un buen cambio, pero ¿Qué queremos? ¿a qué apostamos? sí apostar, no tomar la decisión segura con los números en la mano, sino también con la ilusión y los sueños de un país mejor.
    Un abrazote

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