Agilidad en entornos no técnicos: Management 3.0 con tus hijos

El otro día el amigo Ángel publicó aquello de Scrum para ayudar a mi hijo con los exámenes. Curiosamente, días después, la pareja de un amigo, que trabaja en educación, me comentaba sobre cómo las ideas ágiles, quizá Scrum, podrían aplicarse con niños, lo cual, salvando la diferencia de edad, me recordó aquello de Aplicando Scrum para organizar las prácticas de asignaturas en la Universidad.
Y, por si fuera poco, el otro día al amigo Mr. Nobody (pseudónimo, por si alguno no lo pilla) le dio por compartir conmigo sus preocupaciones sobre cómo educar a su hija, y cómo había visto ideas bajo el paraguas ágil, aplicables para ayudarle en su educación.
Así que Nobody y yo nos pusimos a escribir ideas en una servilleta de bar, concretamente ideas típicas del Management 3.0 (por cierto, en un mes tenemos jornada de Management 3.0 en Madrid, la última hasta otoño, si es que hay en otoño) aplicables a la educación de su hija.
A mí me pareció muy interesante la reflexión, incompleta, se podría extender más, pero me ha dado por contártela, y me ha llevado a esta nueva entrega de la agilidad aplicada a contextos que no son de desarrollo software.
La verdad que el tema dio para un rato y daría para más, seguramente hay más prácticas aplicables del Peopleware, del Management 3.0 concretamente, aplicables a ayudarte con la educación, pero nosotros nos quedamos con estas…

Manager (padre/madre) by example

Una idea muy clave del Management 3.0 es que el líder debe dar ejemplo, aquello de no pidas algo sin haber demostrado que tu también lo haces.
Y con esto poco más habría que decir de la aplicación de esta buena práctica a la educación… lo que pidas demuestra antes que tú lo haces. No pidas a tu hijo que no fume mientras fumas, que no sea grosero siéndolo, que sea educado sin serlo, etc.

Ojo con el exceso de reglas

De esto ya hablamos en en vez de reglas y normas por defecto… ausencia de reglas por defecto, si pretendes sobre cargar de reglas a un niño, primero, seguramente, se saltará las que pueda y, segundo, si te hace caso, pensará menos, mermarás su «auto-organización» y capacidad de innovar.
Está claro que un niño no es un profesional de 50 tacos, pero, en su medida, la práctica de «ojo con as reglas» aplica. La idea es que haya reglas pero las justas, sin pasarse, para fomentar la auto-responsabilidad.
Más que exceso de reglas, la idea es establecer límites (el «alignment of constraints» en terminología Management 3.0), y tener presente aquello que hablamos en innovación, piensa como un niño y rompe las reglas. Y más que trabajar reglas…

Trabaja la cultura y los valores

«The culture of any organization [¿familia?] is shaped by the worst behavior the leader is willing to tolerate», que decían Gruenter y Whitaker, y la cita me parece que aplica a cualquier colectivo, no sólo en una empresa.
Más que reglas, sin que ello implique su ausencia, me parece extremadamente aplicable a la educación potenciar al máximo una cultura y los valores que la representan.
Esto se dice pronto, pero implica la reflexión previa de cuáles son los valores que nos van a guiar, los que nos representan. Si te puede ayudar, mírate este post  de los Work Expo o crear una exposición de valores e historias de un equipo.

Una cultura que permita el error (controlado)

Las personas, y los niños, son más creativas cuando pueden expresar sus ideas y aplicarlas con la seguridad de que tienen margen para equivocarse. Permitir el fracaso controlado es una buena práctica, cuando una persona sabe que puede asumir riesgos y fracasar, potenciarás que tenga nuevas ideas.
Si nos creemos lo anterior a la hora de aplicarlo, aplicárnoslo, con profesionales… ¿por qué no con niños?

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