El culto al carguero

En los años 40, durante la segunda guerra mundial, las tropas estadounidenses desembarcaron en una isla perdida en mitad del océano. Tan perdida estaba la isla que los nativos nunca habían tenido contacto antes con la civilización moderna.
Cuando llegaron los militares, lo que más impresionó a los nativos fueron los materiales, provisiones, herramientas, etc., que traían a la isla y cómo lo hacían. Observaron con detenimiento como las tropas construyeron una pista de aterrizaje, una torre y usaban auriculares para llamar a los aviones, los “grandes pájaros de metal” que venían cargados desde el cielo.
Un buen día las tropas se marcharon. Y los grandes pájaros de metal dejaron de llegar. Pero los  isleños creyeron encontrar la solución: construir su propia pista de aterrizaje, su torre y utilizar auriculares hechos con cocos para hacer así volver a los aviones.
Pero por mucho que lo intentaron… los grandes pájaros de metal nunca volvieron.
Años más tarde, unos investigadores llegaron a aquella isla y quedaron sorprendidos al ver que unos los nativos adoraban y hacían rituales entorno a una pista de aterrizaje rudimentaria, una torre y unos auriculares de coco. Los investigadores llamaron a aquello… la religión del culto al carguero.

Te dejo un vídeo muy cortito sobre esta historia.

Ver este vídeo en YouTube.

La anécdota o la curiosidad del “culto al carguero”, ha sido utilizada por muchos, desde James Shore a también McConnell, para tratar el tema de quedarse con un rito superficial sin comprender las razones que hay detrás de todo ello.
Concretamente, decía McConnell que en el mundo del software el culto al carguero es fácil de identificar cuando escuchas frases como: «Lo hacemos así porque aquí siempre se ha hecho así», “esto es así y punto”, “aquí se trabaja no se piensa” o «lo hacemos así porque los estándares de la empresa nos obligan a hacerlo de esta manera».
Realmente no está claro por qué se trabaja así, nadie sabe la razón, nadie se ha parado a pensar si hay otra mejor forma de hacerlo, no está claro que sea la mejor manera, ni que de buenos resultados… pero hay que mantener el ritual a la espera de que llegue en carguero.
Tampoco te creas que la agilidad escapa al mal del “culto al carguero”. Ejemplos, aplicar sin pensar, paso por paso, lo “rituales” que te recomienda un framework ágil, Scrum o el SAFe de turno. Olvidando profundizar, que hay que aprender y adaptar y la razón que hay detrás de cada uno de esos “ritos”.
Hacer sin pensar las reuniones de Scrum… olvidando que el objetivo es la colaboración, compartir el conocimiento, etc.
Como decía Einstein, «Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados».

Javier Garzás

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