Saber decir NO

Solemos decir que una buena prueba de que estamos frente a un verdadero Product Owner, y no frente a un mero secretario de algún directivo que no quiere perder tiempo en el día a día del producto, es que tiene la capacidad de decir NO. Decir que algo NO se hará, o NO entrará en la siguiente versión porque hay cosas más prioritarias, etc. Decir NO prueba que hay capacidad de decisión, visión, priorización, una estrategia, negociación y que se tiene autoridad y control en el tema.
Aunque he empezado hablando de un rol clave en Agilidad hoy no te voy a hablar de Agilidad.
Si te paras a pensarlo todos somos Product Owners de algo, de nosotros, de nuestra vida, de nuestra profesión, de “nuestro producto”, del YO S.A. Y, de igual manera, podemos ser verdaderos Product Owners de lo nuestro o meros secretarios de nuestra vida, personal o profesional.
El problema es que decir NO no mola. No, porque NO es lo que espera escuchar aquel que pide algo, el que te pide algo, lógicamente, espera escuchar SI. Decir SI es más fácil, aunque luego tenga malas consecuencias a largo plazo. Decir NO es enfrentar el problema a corto plazo y decir SI es dejar para luego una mala consecuencia.
El caso es que yo creo que NO debo ser un buen Product Owner de lo mío. Porque digo pocas veces “NO”. Y me he explicado a mí mismo alguna pruebas de ello. Por ejemplo, tener en dos semanas 7 “keynotes”, un viaje internacional, sin dejar de escribir el post diario, más las consabidas tareas profesionales son una prueba de no haber sabido decir NO.
Como cualquier Product Owner que se precie debe saber, si nunca dices NO, pueden pasar dos cosas. La primera, que es la más rara, es que no digas NO porque realmente te sobra tiempo, opción que realmente no es buena, algo va mal si te sobra tiempo. Segunda opción, harás más de lo que puedes o debes, el equipo o tú mismo, según nuestro símil.
A su vez, la segunda opción de antes, nos lleva a dos posibilidades, si haces más de lo que puedes o debes pueden pasar dos cosas. La opción dos “a”, que las cosas las hagas mal, deuda técnica, y algo explote con el tiempo. O la opción dos “b”, trabajes de “sol a sol”, hasta las tantas, 14 o más horas al día, cosa que también tiene un límite humano.
En mi caso, creo estar más en la opción dos “b”, cosa que no quita que realmente acabe en la opción dos “a”, realmente ambas pueden estar demasiado cerca.
En cualquier caso,  tanto la opción dos “a” como la dos “b”, creo deben tener una fecha final. Yo creo que ya llevo demasiado tiempo, años, sin decir “NO” y ha llegado el momento de empezar a hacer uso de ello.
Espero que si en algún momento te tengo que decir NO a algo, hayas leído este post y entiendas porque. Es cuestión de supervivencia a largo plazo y de no acabar rompiendo algún plazo.

Javier Garzás

0 comentarios en “Saber decir NO”

  1. Te entiendo perfectamente. Llegas a un punto en que aparece una sabiduria que nos dice: saber decir NO a lo superfluo, a aquello que no tiene una verdadera relación o impacto con el verdadero objetivo que te has marcado en la vida o en tu proyecto personal. El NO nos permite centrarnos en una sola cosa cada vez y evitar las distracciones, la dispersión en cosas que podrían esperar o hacerse de otra forma y en otro momento. También es cierto que de objetivos en la vida, los verdaderos, suelen ser uno o dos, por tanto, todo aquello que parece importante, quizas solo sean miedos disfrazados de oportunidades…

  2. Las adicciones llegan sin avisar

    Cuando haces más de lo que puedes o debes lo acabas haciendo a costa de ti mismo y de tu vida personal. Con lo cual llega un momento en que, efectivamente, te sobra el tiempo: porque tu vida es el trabajo. Es el círculo vicioso del up or out.
    Por otro lado, cuando te gusta tu profesión, crees en lo que haces y aspiras a algo grande como el cambio que promulgas, por muy buen product owner de lo de uno mismo que se sea, es complicado decir no.
    Un proyecto no muere sólo por fracaso, también los hay que mueren de éxito, o más que de éxito, de no haber aprendido a gestionar la consecución del éxito, por haberse sumergido en la vorágine de no dejar pasar oportunidades.
    Yo me sumí en un TAG que no se lo deseo a nadie (de no reconocer nada, no saber dónde estaba,…, horrible). Y no me di cuenta de las señales de mi cuerpo, simplemente te ciega el trabajo. Acabé siendo workaholic sin darme cuenta. Y lo peor de todo, es que el sueldo era como el de cualquier trabajador por cuenta ajena de a pie. Me bastaba la motivación por aprender, por mejorar.
    Lo mejor para evitar el TAG? Las rutinas:
    – trabajo de tal hora a tal hora
    – le dedico a mi familia/amigos/mascota/desconexión estas horas del día en este horario (a veces simplemente mirar las pelusas del suelo es sano)
    – tal día de la semana o del mes es el que tengo para viajes laborales
    – tal día de la semana o del mes es el que tengo para explorar oportunidades
    – tal día de la semana o del mes es el que tengo para mirar la cola de viajes y oportunidades que tengo por haber aceptado que soy humano y que tengo que cuidarme
    Rutinas. Es la palabra clave. Y un buen equipo.

  3. camilo Velasquez

    Hola, me gusto mucho este post, un poco de feedback, al compartirlo en facebook, no me sale imagen de vista previa si no la que viene por default en facebook!! Estaria genial pusieras alguna para que sea mas llamativo en redes sociales al compartir, un saludo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Ir arriba