Hace muchos años vivía un rey que era comedido en todo excepto en una cosa: se preocupaba mucho por su vestuario. Un día escuchó a dos charlatanes llamados Guido y Luigi Farabutto decir que podían fabricar la tela más suave y delicada que pudiera imaginar. Esta prenda, añadieron, tenía la especial capacidad de ser invisible para cualquier estúpido o incapaz para su cargo. Por supuesto, no había prenda alguna sino que los pícaros hacían lucir que trabajaban en la ropa, pero estos se quedaban con los ricos materiales que solicitaban para tal fin.
Sintiéndose algo nervioso acerca de si él mismo sería capaz de ver la prenda o no, el emperador envió primero a dos de sus hombres de confianza a verlo. Evidentemente, ninguno de los dos admitieron que eran incapaces de ver la prenda y comenzaron a alabar a la misma. Toda la ciudad había oído hablar del fabuloso traje y estaba deseando comprobar cuán estúpido era su vecino.
Los estafadores hicieron como que le ayudaban a ponerse la inexistente prenda y el emperador salió con ella en un desfile sin admitir que era demasiado inepto o estúpido como para poder verla.
Toda la gente del pueblo alabó enfáticamente el traje temerosos de que sus vecinos se dieran cuenta de que no podían verlo, hasta que un niño dijo:
«¡Pero si va desnudo!»
La gente empezó a cuchichear la frase hasta que toda la multitud gritó que el emperador iba desnudo. El emperador lo escuchó y supo que tenían razón, pero levantó la cabeza y terminó el desfile.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/El_traje_nuevo_del_emperador
Aunque el cuento del Rey Desnudo de Hans Christian Andersen tenga más de 150 años sigue estando igual de vigente a día de hoy. De hecho, lo raro es no encontrarte una situación similar en tu día a día profesional. Si quieres, para identificarlo mejor, puedes cambiar al rey por el responsable de alguna empresa y a Guido y Luigi Farabutto, los Farabutto, por el nombre de alguna empresa consultora o algún subordinado. La situación es tan común que lo raro es no ver reyes desnudos todos los días.
Las situaciones con reyes desnudos serían tantas que nos daría casi para escribir un blog sólo dedicado a ello.
Y, por desgracia, las situaciones rey desnudo, la consultoría Farabutto (más el boddyshopping despiadado, ¿Por qué en España hay tantísimo bodyshopping? El mayor negocio tecnológico del país) han sido las principales causas de que hoy la palabra consultoría tenga connotaciones tan negativas, hasta el punto de que consultor, sea palabra denostada y que ya no esté de moda trabajar en una consultora grande.
A mí me da que cada vez es más difícil vender prendas invisibles, cada vez es más difícil colarle dicho traje al rey, pero, por supuesto, aún hay mucho negocio Farabutto.
En cualquier caso, si no quieres ser un rey desnudo, huye de las consultoras Farabutto, de powerpoint repara todo, la solución fácil y del “todo en inglés” (que suena más sofisticado). Y, por supuesto, rodéate de niños que NO tengan miedo de decirte que vas desnudo.
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Para que te lea todo el mundo.
Eres muy grande.