Vamos con otro post de esos de constumbres tan absurdas como inculcadas en la cultura colectiva, como para poder romperlas (me refiero romperlas de manera masiva, yo y ya much@s hace tiempo que pasamos de ellas). Del estilo a aquel de horas en la oficina vs ideas y conocimiento aportado vamos con otra…
…
Aquí estamos. Escribo esto en directo, en el móvil, mientras espero con un par de personas a que abran la puerta de la sala donde nos reuniremos con otras, que aún no han llegado. Son exactamente las 8:48 de la mañana. Teníamos reunión a las 9:00, pero no estamos ni la mitad de los convocados. Bueno, no ha llegado ni el recepcionista que tiene que abrir la sala.
Cualquiera que desarrolle su actividad profesional en Madrid sabrá que organizar algo antes de las 9:15 a.m. es sinónimo de fracaso (en lo que refiere al inicio, claro), la mitad de los convocados seguramente llegarán tarde. De hecho, hay quien dirá una determinada hora de comienzo “falsa”… para realmente asegurarse de que todo el mundo estará 30 min. después de la misma. En cualquier caso, bien sea por tráfico, por costumbre, etc., para actividades colectivas, que involucren a varias personas cara a cara, todo comienza, al menos en Madrid, más o menos a las 9:30 o 10:00.
De hecho, en Madrid existe la norma no escrita de que si quieres llegar a algún lado del centro no más tarde de las 9:30, y el sitio donde vas no te pilla ahí abajo, en la puerta de tu casa, debes salir antes de las 7:15 a.m. para meterte de los primeros en el atasco de turno (o hacer los n transportes públicos). De 7:15 a, pongamos, 9:15 que puedes empezar a trabajar (o a estar en la oficina) van 2 horas perdidas.
Pero, en cualquier caso, la hora de entrada, más tarde o más temprano, no se nota tanto como la de salida. La hora de entrada y la de salida se rigen por patrones de “censura” diferentes. Vamos con la de salida…
En el extremo opuesto del día, al final de la jornada laboral, las cosas suelen ocurrir de la manera opuesta. Si frecuentas alguna empresa grande, verás a cantidades ingentes de personas, propios y consultores externos, que parecen no tener prisa por irse a casa, que vagan como walking deads por las oficinas. Digo “parecen” no querer irse a casa, porque la mayoría está deseando irse temprano pero… queda mal, está muy mal visto, está en ocasiones prohibido irse pronto… aunque pases gran tiempo de la tarde mirando el Marca, esperando a que llegue la hora de “no censura” para salir, y que normalmente suele estar sobre las 20:00.
Porque otra cosa ojo, bien distinta, sería ver a gente a la que le faltan las horas para hacer cosas y que por ello se queda hasta las tantas. Esos para otro post. Aquí hablo de los mayoritarios, del sector más walking deads, los que están porque socialmente tienen que estar y está mal irse antes.
Juntando los anteriores párrafos, los de la entrada y la salida… ¿cuántas horas que no aportan nada, llámalas improductivas si quieres, crees que se derrochan masivamente al día? Bien sea por problemas al llegar, costumbres, falta de costumbre en el online, o bien sea porque socialmente está mal visto salir temprano, aunque todo el mundo sabe la verdad silenciosa: aquello a lo que se decidan las 3 o 4 últimas horas de la larga tarde físicamente en la oficina podría ser prescindible o podría haberse hecho antes y más rápido.
Cursiosamente, estas últimas semanas he visto gente que se mete durante las últimas horas de la tarde en una sala de reuniones para hacer videoconferencias por Skype con su familia, mientras llega la hora de irse.
Ahora que tanto se habla y escucha en toda empresa mediana – grande de romper con lo antiguo, cambiar el modelo, de ser ágiles, que le llaman algunos, de dejar la gestión industrial, que le dicen otros… ¿Qué tal si salimos (salvo verdadera urgencia) todos los días a las 17:00?
No creas que es imposible, eso llevamos muchos meses haciendo en 233 Grados de TI, nosotros y otras organizaciones: salimos temprano pero trabajamos hasta tarde, entramos tarde para saltarnos atascos pero empezamos a trabajar muy temprano y además trabajamos muchas horas ¿cómo? adivinalo, solo tienes que pensar si trabajas con la cabeza o depositando el cuerpo en la oficina.
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Muy interesante… Ese postureo de quedarse porque esta mal visto irse pronto hace tiempo que lo abandoné. Decidí que me valoren por lo que hago, la calidad tiene lo que entrego y el tiempo que invierto en hacerlo y no cuántas horas estoy sentado en mi silla.
Aún así, creo que es importante incidir en aquello de ser productivos. Reuniones que nunca empiezan a su hora, que tampoco terminan a su hora y para colmo, no se terminan de ver los puntos de las reuniones… Con esto quiero decir que hay mucho márgen para ganarle horas al día y salir a las 17:00 sacando el trabajando adelante.
Saludos.
Te dio tiempo a escribir el post de 8:48 a 9:00 antes de empezar la reunión ;-).
Muy buena reflexión. Horarios racionales, productividad VS «presencialismo», motivación, empoderamiento de las personas, autogestión, te daría para 100 post más.
Los 12 min fueron para el primer párrafo je 😉
Actualmente trabajo en Alemania haciendo home office al 80%. Creo que esto responde eficientemente a casi todo lo que planteas en el post 🙂
Empezar jornada tan temprano como uno quiera (entre las 7.00 y las 9.00) y salir nueve horas después es lo normal (contando más o menos una hora para comer, que nunca se usa entera). Eso hace que todo el mundo salga entre las 16.00 y las 18.00. Si además puedes hacer home office, te ahorras los desplazamientos de turno: duermes más y tienes más tiempo por la tarde.
Aparte está el racionalizar y el tener una relación sana con tu empresa y con los clientes. Si hay un periodo de carga alta de trabajo en la que necesitas más reuniones o puestas en común, vas más a la oficina de manera más intensiva. si hay un periodo de carga baja de trabajo, te desplazas menos y puedes compensar las horas con horas extra de temporadas de carga alta. Esto es posible si tu relación laboral es racional y no se basa en complejos o desconfianzas.
Habrá quien piense que la clave aquí es el «trabajo en Alemania», pero lo cierto es que estas condiciones son las que he planteado siempre a la hora de currar y salvo con jefes/clientes bastante energúmenos, se ha entendido. Si al final entregas, todas estas cuestiones deberían dar igual e intentar favorecer la mejor calidad de vida del currante (también porque eso es inversión en la empresa que contrata a la larga).
Seguro que hay gente que piensa que es una exageración porque siempre han trabajado en una empresa o sector que eso no pasa (los hay), o son funcionarios.
Pues bien, mi caso es de los de «está en ocasiones prohibido (salir a tu hora)», tácitamente eso si. Porque en este país lo más importante de las relaciones laborales se sabe tácitamente. Porque generalmente va contra la ley y porque además no hay valor para decirlo a la cara.
Así que por ser el único en una pequeña-mediana consultora que se iba a casa a su hora con el trabajo hecho (y a veces adelantando tareas de otros días), me dieron en reconocimiento unos días de vacaciones remuneradas para poder disfrutar de mi hija (prácticamente recién nacida). Remuneradas por el estado, claro.
Ahora me lo he montado por mi cuenta y no me va tan mal, en parte ha sido una huida de ese ambiente tóxico que se respira en algunas empresas de Madrid.
Si te ha tocado vivir esta situación y no rompes con esas rutinas (aunque tenga consecuencias) estás colaborando a que perdure.