Trabajar en una empresa “a la australiana”

Una vez alguien me contó, y pongo en duda la veracidad científica de la historia, que aun siendo leyenda urbana me vale para introducir este post, que los animales, las especies, que hay en Australia son más primitivos que los que hay en otros continentes, véase por ejemplo el caso de África, porque al ser una isla apartada, un continente de difícil acceso, en la que ha habido poco intercambio, e interacción, competitividad, de unas especies con otras, las especies que habitan Australia han tenido que evolucionar menos para sobrevivir y de ahí la pinta “prehistórica” de muchas de ellas.
De hecho, Australia es un continente con muchas especies endémicas, en el que habitan especies prácticamente únicas allí, como los ornitorrincos, los koalas, el lagarto de lengua azulada, canguros, etc. La mayoría de ellas, si las soltaras por la estepa africana no durarían vivas ni 5 minutos.
De manera similar, una de esas cosas que uno va viendo al pasar los años dedicados al duro mundo de la tecnología nacional, es que hay empresas que siguen un patrón similar al de las especies australianas. Son las que yo llamo empresas “a la australiana”. Y que son empresas que han vivido, e incluso viven y vivirán, muchos años aisladas de interactuar con otras “especies”, profesionales, del mundo tecnológico, lo que forma en ellas una cultura endogámica en la que no hay interacción con otros profesionales más allá de sus cuatro paredes.
En línea con lo anterior, es muy raro que te encuentres profesionales de las empresas “a la australiana” interactuando con otros de otras empresas en foros, congresos, blogs, redes sociales, etc. Sólo se sienten cómodos dentro de sus cuatro paredes. De manera similar a lo que sentiría un ornitorrinco en el Serengueti africano, los profesionales de las empresas “a la australiana” rechazan ir a foros en los que se intercambian ideas y experiencias con otros profesionales, es más, incluso en su cultura empresarial está hasta mal visto participar en ese tipo de encuentros.
Pero de manera similar a lo que les sucedió a las especies australianas, el evitar el intercambio con otros, el mezclarse con otros profesionales, escuchar otras opiniones de gente que no pertenece a nuestra organización, y que por ello no tiene que decirnos lo que queremos escuchar por miedo represalias y el qué dirán, hace que las empresas “a la australiana” vayan año tras año quedándose atrás en la evolución tecnológica, en la evolución en modelos nuevos de gestión, en nuevas maneras de hacer.
Hasta el punto de que cuando vas a alguna empresa “a la australiana” parece que al traspasar su puerta entraras en un túnel del tiempo, como si bajaras del DeLorean de Marty Mcfly, encontrándote un ambiente y prácticas tecnológicas más típicas de muchos años atrás.
Pero no son todo malas noticias, he de decir que también en estos últimos años he visto muchas empresas “a la australiana”, cuya naturaleza histórica ha sido de aislamiento, hacer un gran esfuerzo para salir de ese aislamiento, superar el miedo de encontrarse con otros profesionales fuera de su estructura jerárquica, de escuchar cosas nuevas, e incluso de escuchar cosas que pueden no agradarles, e incluso a contarle a otros sus problemas, pero que han visto que abrirse es hoy, en estos tiempos que corren, una medida imprescindible para evolucionar y que es además una medida casi gratuita de grandes efectos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Share This
Ir arriba