No olvides despedir cualquier cosa que hagas con un KISS

Mientras miro en esa pared ese poster increíblemente grande, ocupa media pared, debe tener casi 2×2 metros, que describe el proceso que debe seguir la organización, un flujo grama que debe contener casi cien flechas, con decenas de diferentes filas y columnas que marcan responsabilidades y departamentos, no deja de venirme a la cabeza que ahí faltó un KISS. Y no estaba exactamente pensando en un miembro del famoso grupo de Rock, ni menos aún en aquello que se suele hacer con los labios. No. Pensaba insistentemente en el principio KISS y lo poco que se aplica y conoce.

El principio KISS (que viene de “Keep It Simple, Stupid”, supongo que no necesita traducción, pero por si acaso es “Mantenlo sencillo, estúpido”), nos recuerda que la mayoría de las “cosas” funcionan mejor si se busca que sean o construirlas de la manera más sencilla posible, más concretamente en nuestro caso, sobre todo aquellas cosas que hay que mantener durante mucho tiempo después de haber sido construidas o las que deben entender, aplicar, muchas otras personas.

En nuestro mundo, esas “cosas” son diseños, arquitecturas, código, interfaces, documentos, manuales, etc. (de hecho en nuestro mundo, el de la tecnología, hay quien habla del “Keep IT Simple, Stupid”, poniendo el IT en mayúsculas, como acrónimo de Information Technology).
El principio KISS nos recuerda el valor de la simplicidad hasta el punto de recomendarnos que la simplicidad sea un objetivo explícito a la hora de elaborar algo.

Desde luego que no es un concepto sólo de aplicación a la creación de tecnología, mucho antes de la existencia de la misma (tal y como hoy la conocemos) muchos grandes creadores ya habían hablado de este principio:

– «La simplicidad es la máxima sofisticación» de Leonardo da Vinci.
– «Todo debe hacerse lo más simple posible, que no implica que sea lo más sencillo» de Albert Einstein.
– «En igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta», la navaja de Ockham.

Sin olvidar que hacerlo simple no significa que sea fácil de hacer. De hecho, hacerlo simple es en ocasiones más difícil que dejar un resultado complicado.

El principio KISS, más en el mundo del desarrollo software, suele verse relacionado con el YAGNI (You Aren’t Gonna Need It), una práctica Extreme Programming que dice:   Implementa algo sólo cuando realmente lo necesites, no piensas que posiblemente lo pudieras en un futuro necesitar. El YAGNI lo dejamos para otro día.

Javier Garzás

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