Tres maneras muy típicas de fracasar con un proyecto ágil

Es lo que tienen las modas. Algo se pone de moda, y todo el mundo se lo pone, aunque no a todo el mundo la última moda le siente bien.
Lo mismo pasa en tecnología, en desarrollo, gestión de proyectos, etc. Lo mismo ha pasado con la agilidad. Se pone de moda y todo el mundo quiere ser ágil… aunque no le siente bien.
Y si a esto le unes que a muchos se les olvida que “para presumir hay que sufrir”, pues tienes a día de hoy un buen número de proyectos que se han dado el “tortazo” al pretender ser ágiles.
¿Por dónde viene el tortazo? Pues por muchas razones, pero te dejo las que yo me encuentro con mayor frecuencia:

1 – El contrato, el cliente y el modelo de negocio.

Decía el manifiesto ágil que aquello de que la agilidad requería de “customer collaboration over contract negotiation”. Pero claro, si tu cliente es de los que te entrega al principio del proyecto un documento enorme lleno de requisitos, clausulas y posibles penalizaciones y no vuelves a verlo hasta el último día de proyecto… olvídate de la agilidad, en serio, no va a funcionar.
Por desgracia, la inmensa mayoría de los desarrollos software en España operan en este contexto. Grandes proyectos, proyectos que se suelen llamar cerrados, o llave en mano, que licita una administración, gran empresa o empresa pública.
La agilidad pretende obtener software que cumpla lo que los usuarios necesitan no que cumpla lo que pone en un documento de requisitos.

2 – La calidad software.

Antes de ser ágil, hazte las siguientes preguntas…
¿Tenemos un robusto control de versiones? ¿programamos con calidad? ¿hacemos código espagueti? ¿copy paste? ¿complejidad ciclomática disparada? ¿pruebas unitarias? ¿diseño mantenible? ¿refactorizas? etc., etc., etc. Supongo que saber por dónde voy, no es cuestión de seguir con la lista.
Los anteriores son tan necesarios en un proyecto ágil, como en cualquier proyecto software, pero en uno ágil, por lo cortas que son las iteraciones… tiene el doble de impacto.
Ya sé, ya sé. Esas cosas de hacer buen software, tener buen control de versiones, etc., no están de moda, pero si no las tienes a la perfección… dudo que la agilidad te dure más de 5 iteraciones.
Como decía Fowler, “If you’re afraid to change something it is clearly poorly designed”.

3 – La documentación

Volviendo al manifiesto ágil… “Working software over comprehensive documentation”. Lo que no es lo mismo que “Working software AND NOT comprehensive documentation”.
Que en agilidad la documentación es menor, cierto. Que ocupa otro rol, cierto. Que se crea de otra manera, también. Pero no que no hay documentación.
O te pasará como aquella empresa que nunca documento nada, porque era “ágil”, y ya no sabía ni que software habían implementado aquel proveedor al que jamás pudo sustituir.  Recuerda aquello de cómo lograr que tus clientes nunca puedan sustituirte y tenerlos atados para la eternidad.

Javier Garzás

0 comentarios en “Tres maneras muy típicas de fracasar con un proyecto ágil”

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  2. Totalmente de acuerdo, Javier. Agradezco tu valentía al afirmar que los métodos ágiles, pueden no ser adecuados para todos los proyectos. Parece que la moda es (o lo era hasta hace poco) el defender sistemáticamente las bondades de los métodos ágiles. Era una forma de ganar adeptos por simpatía en las redes, como el que pasa por la calle junto a una manifestación, y se pone a tirar piedras junto al resto para recibir aprobación.
    Lo de la documentación clama al cielo. Se ha hecho demasiado daño al sector con CMMI mal implementados, y metodologías demasiado pesadas «porque sí», estamos de acuerdo. Pero esto se ha convertido por efecto rebote en un…»mi única documentación es el código y si no te gusta, te lees el manifiesto ágil».

    1. Gracias Roberto.
      Hay de todo. Yo creo que el principal problema es que cada empresa dbe tner su metodología, y hasta cada proyecto, ¿no crees? y para ello hay que profundizar mucho en adaptar buenas prácticas, que al final de eso se trata.

  3. Muy de acuerdo Javier.
    Llevo viendo desde hace muchos años como el agilismo es refugio de los incompetentes. Cuando no sabes gestionar bien la documentación ni hacer buenas pruebas, ni diseñar, ni patrones ni nada de nada, abrazas el agilismo encantado porque piensas que ser ágiles no hacer todo lo que haces mal o directamente no sabes hacer.
    Aún queda mucho por hacer en el mundo ágil. Un saludo.

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