Deuda organizativa (Organizational Debt)

De deuda técnica ya te he hablado en varias ocasiones, creo que la primera vez fue en 2012, en aquel post cortito de Yo que tú vigilaría la deuda técnica (y sus intereses) que puedes estar pagando durante mucho tiempo. Por si acaso, y por si te interesa, hay por aquí otros post sobre el tema, te destaco estos:
¿Cómo se calcula la deuda técnica? El problema de las fórmulas de deuda técnica.
Mide tu deuda técnica… ¡en 5 min!
Como sabrás, la metáfora de la deuda técnica, se pensó para transmitir a personas no-técnicas (o a técnicos no conscientes) los problemas a los que lleva el software de mala calidad. Esa deuda técnica, que es como cualquier deuda, tiene unos intereses a pagar, es como vender el alma al diablo, y conlleva intereses que vienen del sobre esfuerzo que pagarás, muchas veces de por vida, para mantener el software, por el impacto que tendrás en la imagen frente a tus clientes cuando tardes demasiado tiempo en añadir nuevas funcionalidades, etc.
Desde que en el 92 Cunningham creara el término de deuda técnica, han ido apareciendo más “deudas”, que si la deuda arquitectónica, que si la deuda técnica en el Testing, etc., y hasta… la deuda organizativa.
La deuda organizativa, que no refiere a las deudas financieras que pudiera la empresa tener, en nuestro contexto refiere a las malas decisiones de “management” que se toman de manera inconsciente o consciente, normalmente para ahorrarse dinero, y que crean deficienciencias en la estructura organizativa, que se pagarán durante muchos años.
Al igual que se llegaba a la deuda técnica de manera consciente,  por medio de decisiones del tipo a  “no llegamos a la entrega, escribe un programilla de cualquier manera para salir al paso”, se puede llegar a la deuda organizativa con decisiones del tipo “subcontrata a esta empresa para que nos haga algo, que es la más barata (aunque nos dejará una chapuza de por vida)”, “crea esta estructura jerárquica para salir al paso (que creará  desperdicio de por vida)”, “contrata a esta persona que es más económica (aunque no esté preparada para hacer ese trabajo)”, etc.
Así, la deuda organizativa podríamos sintetizar que es los intereses a pagar cuando malas estructuras y políticas se mantienen y van acumulando. Pasa el tiempo y las empresas crean roles, estructuras, normas, políticas y demás normas que son difíciles de cambiar y que suponen un sobrecoste, una deuda organizativa.
Hay quien dice que la deuda organizativa se manifiesta principalmente de dos maneras: obsolescencia y acumulación. Obsolescencia, por seguir manteniendo prácticas de gestión anticuadas, que siguen ahí porque algún día alguien las puso y nadie puede quitar, o ni se plantea sustituirlas. Y acumulación, por ir añadiendo puestos, roles, jerarquías, procedimientos, burocracia, que una vez ahí… ya es muy difícil de eliminar.

2 comentarios en “Deuda organizativa (Organizational Debt)”

  1. ¿Sería interesante escribir o pensar sobre la relación directa de los tres (financiera-técnica-organizativa) tipos de deuda comentados? Imagino que mucha agente ya lo habrá hecho
    ¿Cuál es la primera o van surgiendo las tres a la vez? ¿etc?

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